Denigrar a las víctimas del terrorismo que se oponen a la negociación y a la cesión, que son la mayoría, se ha convertido en costumbre y hasta en modus vivendi. De la doble operación Peces-Barba y Manjón, a la financiación desigual de unas y otras asociaciones, se detecta un hilo conductor y una meta: eliminar a las víctimas como referencia ética de la lucha contra el terrorismo. Si se quiere dar gusto a la ETA, hay que liquidar civilmente a quienes sufrieron sus crímenes. En la lógica de los planes del gobierno se impone transformarlas en basura para tener las manos libres a la hora de tendérselas a los verdugos. Más aún: necesitan culparlas para absolverse a sí mismos y contribuir a la absolución de los asesinos. No ha habido en Occidente una campaña igual contra las víctimas del terror desde la que se desarrolló durante décadas –y aún ahora– contra quienes padecieron y denunciaron la barbarie estalinista y comunista.
A las víctimas que se resisten a los cantos de paz que ZP entona –por lo visto, en compañía de asesinos en serie– se les ha acusado de todo: de obstruir el camino hacia la paz, de estar manipuladas por el PP, de moverse por deseos de venganza o de abrigar sólo un feo y amargo resentimiento. Cualquier ocasión es buena para realizar esa inversión inmoral que consiste en hacer de las víctimas, verdugos. Y así lo han comprendido algunas organizaciones feministas que giran en las órbitas del poder zapaterino. Han sacado sus uñas para clavárselas a la AVT y ello por haber convocado su próxima manifestación en la misma fecha que se celebra el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Terrible delito éste de la coincidencia de manifas. Si no es puro machismo patriarcal, que venga ZP y lo vea.
La Red Feminista, la Federación de Mujeres Separadas, las Mujeres Progresistas, han condenado a la AVT por "intentar silenciar" o "invisibilizar" a las víctimas de la violencia doméstica, ser "incapaz de ver el dolor" de aquellas, "usurpar" el Día Internacional, organizar "una manifestación en la que unas víctimas atacan a otras" y perpetrar todo ello o como "provocación" o por olvido imperdonable. Vamos, que no se han ahorrado una agresividad que contradice esa visión suya de tal rasgo como propiamente masculino. Pero, además, se han mostrado tan crueles con las víctimas como interesadamente ignorantes acerca del terrorismo. Y es que así como la violencia contra las mujeres es para ellas "un terrorismo universal que no conoce tregua", el otro terrorismo concede respiros. Han subrayado el dato: "en los tres años sin víctimas por terrorismo político, han sido asesinadas casi 300 mujeres en España".
Pues nada, hete ahí, silenciadas e invisibilizadas a las casi 200 víctimas mortales y más de mil heridas del 11 de marzo de 2004. Lo cual no sé si es una provocación o un indicio de que ni los afines al gobierno se creen la versión oficial sobre la masacre. Sea como sea, revela la supina indiferencia de esas organizaciones hacia el terrorismo que se practica con fines políticos, que es el que puede y debe denominarse así. Sin eufemismos: les importa un bledo. Y lo que es peor: quieren quitarle importancia. Lo despojan de significado ampliando el campo. Cuando todo es terrorismo, nada lo es. Investidos de superioridad moral, los citadoslobbiesfeministas han exigido a la AVT unas disculpas ante las víctimas de la violencia doméstica. Son ellos las que deben dar explicaciones. Sobre todo, a las personas que perdieron a familiares y quedaron heridas, mutiladas o traumatizadas para siempre. Cuéntenles lo de las treguas.