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Eduardo Pedreño

Bitacle y los parásitos de la Red

En la blogosfera anglosajona les han llamado bastardos, han llamado a una demanda más que justificada y hasta han programado módulos de Wordpress (el software más extendido para administrar blogs) para evitar el robo.

En ocasiones el exceso de buena fe y el espíritu proclive a compartir que se vive en la Red dan lugar a excesos propios de gentes sin escrúpulos y sin el menor respeto de la ley y, lo que es peor, de las reglas que la propia comunidad se ha autoimpuesto. La autorregulación y el funcionamiento orgánico de la Red tienen muchas virtudes, algunos defectos y una debilidad que se activa cuando quienes pretenden cumplir las reglas en realidad juegan a manipularlas a su favor. En los últimos días ha sido una empresa española, Bitacle, la encargada de avergonzarnos ante el resto de la Red con sus lamentables prácticas de mercado.

Hace un par de meses nacía Bitacle, un servicio web 2.0 de los cientos que están surgiendo últimamente. A priori no se diferenciaba en nada de otras páginas de inicio como la recomendable Netvibes, salvo que este servicio había sido creado en España por una empresa burgalesa. En la blogosfera se dio la bienvenida al servicio y nunca más se supo. Hasta hace un par de semanas, cuando la blogosfera (española o norteamericana) empezó a ver cosas extrañas. Para empezar, daba la impresión de que Bitacle había robado código a otras páginas para crear la suya. Para seguir, daba la sensación de que estaban literalmente "fusilando" contenido de miles de blogs, violando sus licencias CreativeCommons (que permiten reproducir el contenido en determinadas condiciones) y lucrándose a costa del trabajo de blogs individuales o empresariales, ya fueran con o sin ánimo de lucro. La mecánica es sencilla, utilizando los feeds RSS resulta enormemente sencillo copiar e indexar contenido de miles de blogs. Reproducirlo es algo que se permite, ya sea a través de una licencia o por los propios usos de la Red. El problema viene cuando, como hace este servicio, retiran la publicidad que pueda venir con el propio blog y colocan en cambio la suya.

A partir de entonces la blogosfera se ha movilizado, las reacciones no han cesado y la empresa burgalesa que pretende tomar el pelo a los bloggers no ha dicho ni esta boca es mía mientras el tráfico de su página se ha disparado. "Que hablen de ti aunque sea bien". En la blogosfera anglosajona les han llamado bastardos, han llamado a una demanda más que justificada y hasta han programado módulos de Wordpress (el software más extendido para administrar blogs) para evitar el robo. La búsqueda de Bitacle en Technorati en inglés devuelve 719 resultados no muy entusiasmados por el servicio. En la blogosfera hispana tampoco nos hemos quedado cortos, desde Weblogssl (la primera empresa española dedicada a rentabilizar el contenido de blogs propios) a otros  blogs notables que llaman a reclamar a ONO que cancele el servicio que les dan (conectividad) o directamente a poner una demanda contra tan infame empresa.

Lo que probablemente no han comprendido en Bitacle es que no se puede ir contra las normas que la Red se autoimpone, así que tarde o temprano (más temprano que tarde) fracasarán. Hasta puede que se vean en breve ante un juez por ejercer la innoble labor de parásitos de la Red. Lástima que haya tenido que ser una empresa española la que, con pésimas artes, haya conducido a esta situación. Los parásitos de la Red no son algo nuevo. Han existido prácticamente desde el principio, desde el nacimiento del spam y otras muchas técnicas que parasitan las herramientas y bondades que nos brinda la Red y buscan un beneficio fundado en prácticas ilegales, invasivas e ilegítimas. Desde el phishing, pasando por el farming, las páginas falsas, los splogs (blogs falsos utilizados para el spam), los dialers y otros muchos negocios. Probablemente hemos visto pocos tan lamentables como Bitacle, que pretende ser un servicio de la Red y para la Red (tienen su propio blog y página de contacto, que prefiero no vincular para no promocionarles) cuando en realidad no es más que una pantalla que oculta una tomadura de pelo como tantas otras.

Los modelos parasitarios han sobrevivido, a menudo reinventándose cada poco tiempo; el problema que afrontan estos "ladrones" de la Red es que cada vez tienen que sofisticar más sus engaños y caer en mayores ilegalidades para sostenerlos. Pero el verdadero problema para caraduras como los de Bitacle es que tienen a una comunidad entera (y no precisamente pequeña) dispuesta a no pasarles una. Y a ver cómo se saltan eso...

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