¿Por qué no aparece Raúl Castro y nos cuenta que nada ha cambiado y que cuando su hermano se recupere le devolverá lo que fue suyo?
En los últimos años ha desaparecido durante muchas semanas. ¿Por qué, si es cierto que confían en la recuperación del que fue su Máximo Líder, no esperaron hasta el 13 de agosto para decirnos que se aplazaba la celebración de su cumpleaños?
¿Puede un anciano de 80 años operado de urgencia firmar un parte médico?
Siempre nos contaron que todo quedaba atado y bien atado y que la robolución sobreviviría a la muerte de su gestor. ¿Por qué nos dicen ahora que su salud es un secreto de Estado?
¿Por qué los perros del amo han activado las temibles Brigadas de Respuesta Rápida conocidas por su brutalidad en contra de todo lo que se mueve?
¿Por qué Estados Unidos recuerda que no permitirá que “terceras partes” enreden en Cuba?
¿Qué papel puede estar jugando Hugo Chávez en estos momentos?
¿A quién le dejó Castro las llaves de su videoteca? ¿Cuántos españoles encontraremos en las películas que allí se guardan?
¿Y la mochila? ¿Qué fue de la mochila dentro de la cual conservó tantos datos?
¿Qué suerte correrán los etarras que en Cuba disfrutan de la hospitalidad del régimen castrista?
¿Podrán contener su angustia los que un día invirtieron en los escombros que rodean a las más de doscientas cárceles?
Por último. Un ruego. Que un buen hombre cuide de la videoteca y de la mochila. Tal vez un día le sirvan a algún juez español con algo más de vista que el que nos toco en suerte en el 11-M.