La red de clientelas políticas establecida en Andalucía, que hace de esta región un régimen político cerrado y con mínimas posibilidades de alternancia política, tienen en la “familia” y el “amiguismo” sus principales sustentos. Las informaciones aparecidas en El Mundo sobre los extraños negocios de la familia Chaves son altamente sospechosas, desde el punto de vista jurídico, de trato preferencial y tráfico de influencia. Pero, independientemente de lo que diga la justicia, en la cual cada vez creo menos, la información deja estéticamente por los suelos al presidente de la Junta.
En cualquier caso, la noticia es, en primer lugar, un ejemplo significativo de que también en Andalucía –el otro caso lacerante es Cataluña– se vive en un “régimen” político antes que en un sistema democrático; y, en segundo lugar, pone en evidencia que la oposición, el PP, llega tarde, o sea, tiene que ser un periódico quien informe de algo que la oposición debería haber investigado. El asunto es tan evidente que extraña que haya tardado tanto en saltar...
La información es sencilla de retener. Leonardo Chaves, hermano del presidente de la Junta de Andalucía, es el responsable de la Junta de otorgar las subvenciones a las entidades locales de Andalucía. Antonio José Chaves, otro hermano del presidente andaluz, participa en una empresa dedicada a realizar trabajos directamente relacionados con el área de competencia de Leonardo Chaves, que no es otra que la Dirección General de Tecnología e Infraestructuras Deportivas. Más aún, según la información de El Mundo, la empresa de Antonio José ha realizado ya obras en varías ciudades de Andalucía. Berja, Pulpí, Prado del Rey y Huelva son algunas de las ciudades donde “Climo Cubierta”, nombre de la empresa del hermano de Chaves, ha construido con financiación de la Junta. En fin, Leonardo Chaves elevó las concesiones a la empresa del otro hermano del presidente, que pasó de facturar 1,82 millones de euros en 2003 a 4,86 en 2005.
Manuel Chaves ha reaccionando con visible enfado ante estas informaciones. Por supuesto, ha dicho que es una falsedad lo aparecido en la prensa y ha cantado la honestidad y legalidad con la que actúa su familia... ¿Significará todo esto que estamos ante un asunto parecido al “caso Guerra”? Seguramente, aunque la justicia lo niegue. ¿Significará el caso Chaves su derrota electoral? Lo dudo, si lo comparamos con el caso Guerra; en efecto, si entonces no sirvió para que el PSOE saliese derrotado, no veo por qué ahora sería un elemento determinante para derrotar al socialismo andaluz.
Entonces, ¿cuál es el factor determinante para que haya democracia en Andalucía? El “pueblo” andaluz que, por desgracia, sigue defendiendo: “Vivan las caenas”. He ahí la quintaesencia del nihilismo de Andalucía.