Helle Dale
La visita no anunciada del Presidente Bush a Bagdad es la señal visible de que la Casa Blanca cree que se ha llegado a un punto de inflexión en Irak. Esto podría significar buenas noticias, no sólo para los iraquíes sino también para la Administración Bush, a la que definitivamente le vendría bien algo de cobertura positiva sobre la guerra. En este año electoral, la política iraquí y americana están intrincadamente entrelazadas.
Habiendo tenido una tormentosa sesión de ideas en Camp David con su gabinete, varios expertos militares externos e historiadores, el lunes por la noche después de cenar Bush procedió a escabullirse en helicóptero y luego partió con destino a Bagdad en el Air Force One en compañía de un grupo de periodistas enormemente sorprendidos.
Ni siquiera el Primer Ministro iraquí Nouri Maliki había sido informado. Por muy buenas razones la seguridad que rodea al Presidente es así de rigurosa, pero este es un momento a disfrutar en la larga lucha por el futuro de Irak y Bush quería dejar constancia con su presencia.
Mucho se puede decir sobre la cautela a tomar con el optimismo por la situación de Irak en este momento. La muerte del cerebro terrorista Abu Musab Zarqaui, muerto en un bombardeo americano el 8 de Junio, puede que no marque el final de la insurgencia a corto plazo, pero sí elimina a uno de sus más despiadados cerebros y seguramente provocará un hundimiento en el ánimo de los insurgentes.
Como bien dice John Boehner, líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, “Creo que la muerte de Zarqaui –o como me gusta decir, haberle cortado la cabeza a la serpiente– en realidad será de gran ayuda para nosotros”. Zarqaui fue el responsable de los atentados terroristas contra objetivos americanos al igual que del asesinato de grandes cantidades de musulmanes durante servicios religiosos. Él mismo decapitó a varios occidentales durante los días de la horrenda campaña terrorista de 2005 y asesinó a 60 jordanos, sus propios compatriotas.
La crueldad y la inhumanidad no hacen que se gane apoyo popular y la caída de Zarqaui puede verse como un estímulo moral a la política americana y al nuevo gobierno iraquí. El gobierno de Jordania fue enormemente decisivo y útil en la caza del terrorista, según se informa.
Igualmente importante es que la eliminación de Zarqaui coincide con las noticias de que el gobierno iraquí por fin ha logrado cubrir los puestos en los ministerios poderosos: Defensa e Interior. Estas piezas eran las que faltaban en el anuncio inicial del nuevo gobierno, formado después de 5 largos meses de negociaciones y provocó algunas dudas de que fuera a ser estable.
La clave del futuro de Irak está ahora en manos del gobierno de Maliki, que necesita demostrar que será capaz de encargarse en lo sucesivo de la seguridad de Irak. Parte de esta importante prueba será la redada en curso de insurgentes que se ha conseguido gracias a la información encontrada en el escondite de Zarqaui así como por la planificada ofensiva anti insurgencia en Bagdad que empieza hoy.
Y mientras tanto, de vuelta al tajo –o sea al Capitolio– Irak dominará la agenda. En el Senado, el proyecto de ley para la autorización de defensa de 2007 se está debatiendo y contiene, entre otras cosas, una enmienda del senador John Kerry que pedía la retirada de todas las tropas de combate en Irak a finales de este año. Es la segunda vez que el senador por Massachusetts ha intentado conseguir que se adopte este lenguaje con la esperanza de capitalizar el hastío americano con la guerra.
Los republicanos de la Cámara han planificado el primer debate en profundidad sobre Irak desde que empezó la guerra, con la esperanza de los últimos acontecimientos reaviven el apoyo americano a la política del Presidente como antesala a las elecciones de mitad de período legislativo en noviembre. Una encuesta del 7 de junio hecha por Associated Press dio como resultado que el 59% de los americanos dicen que la guerra de Irak fue un error.
Un borrador de resolución del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara declara que “Estados Unidos completará su misión en Irak y se impondrá al adversario terrorista en la guerra global y en la lucha para proteger la libertad”. Esta resolución se ha trabajado desde el pasado mes de noviembre cuando el debate sobre Irak se convirtió en el debate sobre el congresista John Murtha y sus motivos para defender una retirada inmediata de las tropas americanas.
La política exterior no suele dominar las elecciones americanas pero con márgenes tan estrechos, ciertamente podría tener algún efecto en noviembre. Con independencia de los juegos de poder en Washington, no hay absolutamente ninguna duda de que Irak es un sitio mejor debido a la muerte de Zarqaui. Es difícil pensar en noticias mejores desde que Sadam Hussein salió arrastrándose de su zulo y se rindió.
©2006 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg
Helle Dale es directora del Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Fundación Heritage. Sus artículos se pueden leer en el Wall Street Journal, Washington Times, Policy Review y The Weekly Standard. Además, es comentarista de política nacional e internacional en CNN, MSNBC, Fox News y la BBC.