Pocos periodistas han rentabilizado tanto su pasado franquista como Juan Luis Cebrián, ex director de El País y actual consejero delegado del grupo Prisa. A pesar de que hoy ya pocos lo recuerden, y el interesado trate por todos los medios de taparlo, hace poco más de 30 años, Juan Luis Cebrián, el mismo que ayer dijo que "la derecha española todavía no ha asumido el horror que supuso el franquismo", formaba parte del régimen.
Y no como becario de un periódico del Movimiento sino como director de Informativos de Televisión Española. En aquel entonces Franco no había muerto, y el presidente del Gobierno era Carlos Arias Navarro, un franquista de pedigrí que fue quien nombró al hombre que ahora tacha a la derecha española de no haber asumido el horror del franquismo. Tal vez se refiera al mismo horror que él, desde su despacho en Prado del Rey, contribuyó a apuntalar dirigiendo el medio de comunicación más influyente del régimen.
El caso de Cebrián, sin embargo, no es el único. La relación de franquistas reconvertidos en iracundos progresistas que alzan su dedo acusador es larguísima. La mayoría de ellos, quizá no tan casualmente, están o han estado ligados al grupo de Jesús de Polanco, un empresario que empezó a hacer fortuna durante el franquismo gracias a sus privilegiadas relaciones con el régimen.
Memoria histórica por favor, pero para todos.
EDITORIAL
Memoria histórica sí, pero para Cebrián
El caso de Cebrián, sin embargo, no es el único. La relación de franquistas reconvertidos en iracundos progresistas que alzan su dedo acusador es larguísima
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