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Jorge Valín

La nacionalización es un robo y Evo un criminal

Es un hecho inaceptable. ¿Realmente quiere que su dinero vaya a manos de un tirano en lugar de que no salga nunca de su bolsillo? Seguro que usted sabría darle mejores fines a su dinero.

Imagínese que yo decreto que su casa no le pertenece porque usted tomó posesión de ella por un contrato que a mí me parece ilegal. A continuación le digo que, o me paga un alquiler por seguir viviendo en su casa, o le envió a mis secuaces armados para que le echen a la calle. En el caso que se quede, estará en continua vigilancia y sometido a mis caprichos.

Si hiciese tal acción me merecería, sin duda, el apelativo de criminal. Uso la extorsión, esto es, la amenaza de la violencia física contra usted para arrebatarle su propiedad y libertad. También, de dudosa reputación sería aquel que me apoyase.

Esto mismo es lo que está haciendo el presidente boliviano Evo Morales. Es un tanto sorprendente la frialdad de los analistas ante el tema de las nacionalizaciones. Leemos y oímos que nacionalizar puede ser bueno o malo, que puede crear inseguridad para el tejido económico de Bolivia. Yo tampoco estoy libre de culpa. Pero pocos parecen ver la propia naturaleza de la nacionalización, esto es, el uso de la fuerza absoluta contra personas y entidades pacíficas. El estado, que es quien ha de asegurar el respeto a la vida, a la propiedad privada y a la libertad, se ha convertido en Bolivia en la principal amenaza de todas ellas. La mayor organización criminal que hay ahora mismo en el país andino no es la mafia, sino el gobierno de Morales. ¿Cree que Morales envía a un ejército armado hasta los dientes a las instalaciones de empresas privadas simbólicamente? Esos soldados no dudarán en asesinar a todo aquel que pretenda defenderse de tal agresión. Eso sí, por el bien común, y con esta excusa, los izquierdistas tendrán la conciencia tranquila.

Si Morales es un criminal, no lo es mucho menos aquel que le da soporte. Puede ser relativamente aceptable que el presidente español Rodríguez Zapatero considere la disputa entre el gobierno boliviano y las empresas españolas como un problema entre ellos y no un problema de estado, pero de aquí a continuar y ampliar lafinanciacióndel criminal con nuestro dinero hay un largo trecho.

Es un hecho inaceptable. ¿Realmente quiere que su dinero vaya a manos de un tirano en lugar de que no salga nunca de su bolsillo? Seguro que usted sabría darle mejores fines a su dinero.

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