Los ideólogos socialistas son patéticos. Ahora, cuando han hecho añicos el sistema de partidos en Cataluña, están empeñados en vender que hay que ganar por "unanimidad" el Estatuto de Cataluña para expulsar al PP de España. Ridículos. Producen bochorno. Han perdido cualquier capacidad de juicio político con el proceso de aprobación del Estatuto, pero no saben cómo convertir la derrota en éxito. Están atrapados en sus propias contradicciones. Por si acaso valiese para algo, o sea, para que siga gobernando Zapatero, insisten en que es necesario convertir el referéndum de Cataluña en un plebiscito sobre el presidente del Gobierno. Vale, Ramoneda, apúntate un tanto totalitario. Sí, sí, un tanto fascista, en verdad franquista, pues que Ramoneda, y con él todos los ideólogos de El País, no tenga mejor aspiración política que reducir el resultado de un referéndum a un plebiscito sobre la figura de Zapatero demuestra que se han quedado desnudos de ideología. Son pequeños publicistas al servicio de una burda ingeniería social y política. Ellos forman parte del fracaso de Zapatero.
Declarada su metodología franquista, todo es posible. No les importa que el Estatuto sea un bodrio inservible. Inaplicable. No les preocupa que el Estatuto haya salido saltándose los procedimientos democráticos y en contra de la opinión de quienes representan a la mitad de los españoles. Tampoco consideran que este proceso no sólo ha hecho fracasar al mesogobierno regional de Maragall sino que ha dejado fuera de juego para siempre una relación fluida entre el PSOE y el PSC. No quieren percatarse de que el PSC está roto. CiU aparenta que puede ganar, e incluso simula que podría gobernar formando una "gran coalición" con el PSC, pero esto es imposible ante una ERC ascendente y totalmente independentista (terrible el salto cualitativo que da Carod Rovira en la entrevista de ayer de El País). En fin, para esta gente que pide el plebiscito para Zapatero nada de eso es relevante. Están desesperados. No pueden razonar. No quieren enterarse del estrepitoso fracaso: Zapatero quería satisfacer a los nacionalistas y ha destrozado, como mínimo, el sistema de partidos políticos.
Lo más grave del asunto, es que esa demanda totalitaria, que pretende convertir el referéndum en un acto de afirmación fascista a favor de Zapatero, es ya ociosa. El Estatuto es algo amortizado políticamente para todos los nacionalistas, por eso, precisamente, el resultado del referéndum carece de importancia. Esa es la más triste realidad, el mayor fracaso, para quien ha hecho depender del Estatuto, de su aceptación por parte de todos los nacionalistas, su éxito político. Zapatero ha sido vencido, arrollado, por las miserias nacionalistas, incluidas las del PSC. Da igual, por lo tanto, el resultado, es absolutamente indiferente para el futuro político de Cataluña que el Estatuto salga derrotado, que haya un resultado ajustado, una alta abstención, o una aceptación mayoritaria... El Estatuto es ya un fracaso. No es referencia para nadie. Sólo es un medio para seguir destrozando España, en palabras de Carod Rovira: "Zapatero ha comprado un Estatuto que valía 100 en las rebajas por 25 y le hemos permitido que lo compre a plazos."
En cualquier caso, el 18 de junio, cuando este Estatuto sólo consiga el referendo de un 40% de la ciudadanía, acaso un 45 o un 50%, debería ser una magnífica fecha para que estos impresentables, que exigen ideológica y arteramente un plebiscito a favor de Zapatero, desapareciesen para siempre de la escena política.