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Isabel Durán

El voto femenino del PSOE

En conclusión, fueron las derechas y sólo parte de las izquierdas, quienes sacaron adelante la igualdad de la mujer para acceder a las urnas.

Camino de la República de ZP, los magros fastos del pasado 14 de abril, Viernes Santo, ignorados olímpicamente por la mayoría de los ciudadanos en toda España, fueron engrandecidos y reivindicados a bombo y platillo por Polancolandia y los medios gubernamentales. Dedicada la SER desde la temprana hora de la tertulia a sumir a los oyentes en los ideales republicanos, no fue sino el preludio del gran día republicano para la Cuatro y Cía, coros y danzas del ideario zapaterista. El jefe del Ejecutivo y sus altavoces mediáticos cuentan lo acaecido según les viene en gana pero los hechos, mal que les pese, están grabados en letra impresa a lo largo de los tiempos.

José Luis Rodríguez Zapatero se arrogó días antes en el Senado el derecho al voto para las mujeres reconocido en la Segunda República y lo equiparó al avance que supone la aprobación por su gobierno de la Ley de Igualdad. La realidad es bien distinta a la inexacta, manipulada y sectaria versión de la historia revisada por ZP y sus secuaces oficialistas de la progresía de la rosa y el talonario. Vayamos por partes.

En su exaltación republicana, el presidente ocultó la profunda división en el seno del partido socialista por la concesión del voto a la mujer y la férrea oposición ejercida por parte de su admirado Indalecio Prieto, que incluso le llevó a ausentarse del hemiciclo en la votación arrastrando con su actitud a un buen número de diputados del PSOE. Esta es la literalidad del Diario de Sesiones.

En las Cortes Constituyentes sólo había dos mujeres. Ninguna de ellas pertenecía al partido socialista: Clara Campoamor representaba al Partido Radical y Victoria Kent lo hacía por la formación Radical-Socialista. Y además, la radical-socialista se opuso con contundencia al sufragio femenino sin ningún tipo de limitaciones defendido por Campoamor. Los debates en cuestión versaron sobre los artículos 25, 36 y 51 y se produjeron los días 1, 2 y 8 de septiembre de 1931. En conclusión, fueron las derechas y sólo parte de las izquierdas, quienes sacaron adelante la igualdad de la mujer para acceder a las urnas.

Para más inri, a la única mujer que defendió el sufragio universal, Clara Campoamor, con cuyo nombre anunció el presidente "rojo" la creación del premio "Mujer y Parlamento", fue acusada por la izquierda en el 33 de ser la culpable de la victoria de la derecha al haber conseguido el voto a la mujer. Bienvenido a la historia, Zapatero. La real, no la tergiversada a beneficio de inventario.

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