Imagino que nos iremos acostumbrando a convivir con estas "jornadas de convivencia" que Luis Aragonés se viene sacando últimamente de la manga. También supongo que, a falta de un calendario coherente que le posibilitara trabajar más tiempo con sus jugadores, el seleccionador nacional habrá querido hacerles un guiño de complicidad a todos los futbolistas seleccionables, una especie de "¡eh, chicos, todavía no tengo la lista definitiva para el Mundial, no os relajéis y tampoco os creáis lo que dice la prensa!". Desde que Luis llegó al cargo no hace otra cosa que perseguir ese viejo sueño del "España Fútbol Club". Sin duda tiene buena intención al traerse un día a Madrid de cuchipanda a jugadores que están despuntando en sus respectivos clubes. El seleccionador consigue un doble propósito fijándose en Oubiña (un fenomenal jugador, por cierto), Gavilán o Cani. El primero es que esos futbolistas comprueben que, efectivamente, Luis les está siguiendo. Y el segundo es que los Albelda, Raúl, Vicente, Villa o Torres, que en el fondo de su corazón ya se sienten indiscutibles para el Mundial de Alemania, no lo tengan del todo claro.
El problema es que, aunque Melli hará muy bien en no creerme, yo pienso que Luis, salvo ligeros retoques, sí tiene ya confeccionada en su cabeza la lista definitiva de veintitrés jugadores que acudirán al Mundial. Y que, por mucho que les digan a Puyol, Casillas, Sergio Ramos, Albelda, Torres, Reyes o Pablo que, por detrás suyo, vienen apretando Venta, Senna, Cani o Gavilán, ellos también son conscientes de que, salvo un giro inesperado o una lesión no deseada, estarán en Alemania. Por otro lado, ¿qué recordamos de las jornadas de convivencia?... De la de diciembre la gente sólo mantiene vivo aquel debate tan triste al que nos vimos sometidos con el patético "caso Oleguer", y cómo el nihilista apareció luego por la fuerza en el hotel Barajas, flanqueado por sus compañeros de club, de manera destacada por Puyol y Valdés. No quiero referirme de nuevo a todo aquel lamentable asunto, aunque tengo claro que yo me llevaría a Oleguer al Mundial con la única finalidad de tenerle calentando en la banda desde el minuto uno hasta el noventa de todos y cada uno de los partidos que disputase la selección nacional.
Aquella de diciembre fue la jornada de convivencia menos pacífica de la historia. Y, ¿para qué?... En la del lunes que viene ya no estará el nihilista, que nunca tuvo posibilidades reales de acudir al Mundial, ni tampoco Guti. Parece bastante lógico pensar que si el madridista se cae de una lista de treinta y tres jugadores no vaya a estar luego incluido en la de veintitrés. Ya he dicho todo lo que tenía que decir sobre Guti. Sólo un ciego negaría su calidad. Luis, que yo sepa, anda bien de la vista. Y tampoco podemos justificar la ausencia de Guti porque éste no sea titular en su club puesto que López Caro le alinea habitualmente. Raúl, sin embargo, sí está. Y, salvo que el capitán del Real Madrid sufra una lesión que le impida apoyar los dos pies en el suelo, acudirá a Alemania. Está claro que a Guti (gran calidad, enorme futbolista, indiscutible proyección) le debe faltar algo de lo que sin embargo sí anda sobrado su compañero Raúl. ¿Qué será, será?... El 15 de mayo nos lo dirán.