El jefe del Ejecutivo dice que comprende "humanamente a las víctimas", que busca "el concurso máximo con el PP" y que no tiene "prisa" en buscar la "el proceso de paz en Euskadi". Nunca hubo un presidente del Gobierno tan peligroso, ignorante, temerario y falsario. Nunca. En José Luis Rodríguez Zapatero todas esas características, y otras muchas, se conjugan para dejar paso a una sola: es la persona menos de fiar que jamás haya pisado La Moncloa, incluso para los miembros de sus propias filas. Sus socios lo han comprobado ya en sus propias carnes. El resto de los españoles asiste entre incrédulo, atónito, expectante y horrorizado a la espera de cuál será la próxima puñalada a la soberanía y la integridad nacional, a la igualdad de todos.
La ETA ha salido al paso, de nuevo, para evidenciar su objetivo y, de paso, las clamorosas mentiras del presidente. Los pistoleros mafiosos no quieren la paz. Los asesinos no quieren el perdón. Los terroristas no quieren la libertad en el País Vasco. Lo que pretenden –como así lo han pretendido siempre– es el derecho de autodeterminación, es decir, el derecho a la independencia, lo que ellos llaman "el ser para decidir". Sin autodeterminación "el conflicto se prolongará", dice el terror independentista vasco. Nada ha cambiado, pues, en las reivindicaciones de la banda terrorista. Nada.
Rodríguez miente. Miente su Gobierno, miente el Fiscal General del Estado, mienten los nacionalistas eufóricos y agazapados tras los presuntos procesos inocuos de reformas estatutarias. No está cerca la paz. Lo que está muy próximo, porque ya está en marcha, mediante el fin del consenso y de la cesión de todos que consistió en el gran pacto de la transición, es el final del actual sistema democrático. De la mano de todos los que desean la destrucción de la España quien dirige el proceso es la ETA. "Somos una nación y tenemos derecho a decidir" mimetizan los socios del presidente mientras el PSE apoya con su abstención que no haya ni vencedores ni vencidos. La humanidad de Rodríguez está, pues, fuera de toda duda.