Si hay algo de lo que estoy convencido es de que los partidos políticos españoles, esas inmensas burocracias repletas de... políticos, no están trabajando para integrar Internet como Dios manda en sus estructuras. Como la posibilidad de que otro partido que no sea el PP tome medidas liberales al llegar al poder parece inexistente –pese a medidas peperas tan antiliberales como la ley que el gobierno balear ha propuesto para que se discrimine oficialmente entre quienes tienen vagina y quienes tienen pene– me gustaría que éste fuera el primero en adoptar medidas de uso de la Red con sus cientos de miles de militantes.
Si hay un partido que tiene claro cómo funcionar para conseguir votos es el republicano en Estados Unidos. Buena parte del éxito de Karl Rove, ese supuesto genio del mal, consiste en lograr que los militantes tengan claro qué quiere hacer el partido y por qué es bueno, de modo que puedan convencer a tres o cuatro personas que conozcan –familia, amigos, compañeros de trabajo...– y se aseguren de que éstos acuden a las urnas el día de las elecciones. Esto es difícil de conseguir si ni cuadros ni militantes tienen muy claro qué quiere el partido ni por qué, si no tiene fácil resolver las dudas que inevitablemente surgirán en ese empeño y carece de la confianza en sí mismo y sus ideas para intentarlo siquiera. Internet puede facilitar mucho esa tarea.
Lo que nuestro editor denomina la derecha social suele ser gente que tiene una vida atareada, que trabaja, que tiene familia y responsabilidades y se gana la vida honradamente. Mientras la izquierda siempre tiene gente dispuesta a montar organizaciones, salir a la calle, protestar por cualquier cosa y hacer ruido por las más insignificantes causas, la gente de derechas suele tener cosas que hacer, como sacar adelante el país. Incluso cuando saca a cientos de miles de personas a la calle, necesita que el gobierno esté tocándole las narices a esa gente a dos manos para obrar semejante milagro. El PP, por tanto, ha de tener en cuenta que el tiempo de sus militantes y simpatizantes es un bien escaso al que hay que sacar el mayor partido posible.
Una de las maneras de hacerlo, la que quizá por deformación profesional considero la mejor, es emplear Internet para comunicarse con ellos, darles formación, facilitar que se organicen y que aporten sus ideas y su conocimiento práctico al partido. Sustituir en buena parte la sede física en la que hay que tomarse la molestia de acudir empleando un tiempo del que quizá se carezca por una sede virtual. Emplear herramientas como Moodle para formar en las ideas, listas de correo para comunicarse entre sí, gestores de contenido como Drupal para informar de las actividades que se estén llevando a cabo en cada agrupación local o incluso wikis donde los militantes puedan colaborar en la elaboración de propuestas prácticas.