No se rían. Hay un Grupo de Alto Nivel de la Alianza de Civilizaciones, y se ha reunido este domingo en Calviá. El objetivo consiste en “acercar” a los mundos musulman y occidental. Y la forma de hacerlo es reuniendo a políticos y expertos bajo el auspicio de la ONU. El concepto es de un totalitarismo extremo. Albergar la idea de que unos políticos pueden encarnar nada menos que una civilización es presuntuoso, y pretender que sus acciones y decisiones implican a las civilizaciones y determinan su curso es una alucinación.
El concepto de diálogo o alianza entre realidades tan contingentes e históricas es ilusorio. Las sociedades han tropezado con la civilización que adoptan. Éstas son el resultado no diseñado de millones de acciones individuales, de respuestas a problemas viejos y nuevos. Son las condiciones materiales y morales en las que actúan los individuos. Pero los políticos son así, pueden considerar que una persona o un grupo de ellas puede comprender o actuar en nombre de una cultura.
El origen de la idea de alianza de civilizaciones se retrotrae al oscuro Roger Garaudy, un hombre convertido al islamismo y que niega la realidad del holocausto. Más tarde fue rescatada por otro ejemplo de tolerancia y talante: el ex presidente de Irán Mohammad Jatami, que repitió sus ideas el pasado 29 de octubre en el Encuentro Atman. José Luis Rodríguez Zapatero ha llenado con esa idea su vacuidad intelectual y moral. Se adapta perfectamente a su ambivalencia moral, que solo cede a su cursilería y a la utilización de palabras sugerentes con las que viste su falta de convicciones. Si todo ello cuenta con el respaldo moral de la ONU, reunión máxima de corrupciones planetarias y
Pero las culturas, o las civilizaciones no son ambivalentes. La occidental, con la que nos hemos tropezado, es la que antes ha llegado a descubrir que hay derechos individuales universales, y de que su violación es injusta. La musulmana no ha dado aún con ese conocimiento. El Islam, o sometimiento, divide el mundo en la tierra conquistada o sometida y la que queda por islamizar.