Los supuestos vuelos de la CIA a Baleares y Canarias en transito para transportar detenidos teóricamente ilegales ha provocado el último encontronazo entre los titulares de Defensa e Interior. En una misma mañana Bono afirmó no tener “ninguna prueba o indicio” de que Estados Unidos haya cometido “actividades ilícitas” en relación con el supuesto uso del aeropuerto de Palma de Mallorca, para añadir que “defender a los países que son aliados y amigos no solamente lo hago con satisfacción, sino que es una obligación del ministro de Defensa”.
Mucho más estricto, el ministro Alonso se situaba en posición contraria. Para el titular de Interior “lo que le toca al Gobierno es hacer una investigación por parte de sus Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” y si estos vuelos se confirmaran “estaríamos en presencia de hechos gravísimos, de hechos no tolerables en ningún caso” que exigirían respuestas “a nivel de relaciones entre gobiernos”.
En este desencuentro, el que parece que se tiró a la piscina sin cerciorarse de que había suficiente agua fue el ministro del Interior. Por un lado, es llamativo que la Agencia EFE, la agencia del Gobierno, se viera obligada a rectificar el teletipo en el que daba cuenta de las declaraciones de Alonso con un segundo teletipo de corrección, cuatro horas después del primero, en el que se omitía la afirmación de que “se investigará la posible existencia de vuelos de Estados Unidos con terroristas y con destino a cárceles de otros países haciendo escala en España”, así como que el caso pudiera “afectar al nivel de relación entre Gobiernos”.
Por otro lado, el mismo ministerio del Interior había contestado veinte días antes una pregunta parlamentaria que no tenía prevista ninguna investigación por tratarse de hechos “no acreditados y sobre los que aún no se tiene ninguna certeza”, añadiendo que las diligencias sobre el caso fueron archivadas “al no acreditarse la comisión de ningún hecho delictivo”.
Pero Bono tampoco dice toda la verdad cuando niega que el CNI trasladase a la CIA la inconveniencia de esos vuelos. Al parecer, el Fiscal General del Estado informó al propio Director del CNI de las investigaciones desarrolladas por la fiscalía en Mallorca y alguien desde el Centro informó a su vez a la CIA. La Agencia norteamericana se supone que negó los hechos, pero desde el Centro se señaló la disconformidad de que pudieran producirse en el futuro.