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Agapito Maestre

Libertad o chavización

El bochornoso espectáculo totalitario, que ofrecían ayer El País y El Periódico de Cataluña estigmatizando la modernidad de la COPE, ya ha pasado a la historia de la represión de la formación de la opinión pública política en España

La COPE es una cadena de radio extraordinariamente moderna. Sí, precisamente por eso, por ser un medio de comunicación absolutamente moderno, el poder totalitario del gobierno quiere reducirla a un mero objeto de represión. El PSOE infama, estigmatiza e insulta a la COPE por si algo de toda esa inmundicia queda en la mente de los estúpidos que creen que la COPE representa la contramodernidad. Porque la COPE, sí, tanto sus dueños como sus periodistas, son de una modernidad ejemplar para el resto de medios de comunicación, ha sido elegida como objeto de ira y desprecio del poderoso gobierno de socialistas y nacionalistas. Y, sobre todo, porque es obvio que la COPE no está sola, que hay otros medios de comunicación muy similares a ella en el ejercicio de la modernidad, es menester para este Gobierno llevar a cabo una acción represiva y “ejemplarizante” contra tanta modernidad.
 
La crítica y la defensa de la libertad, principales características de la modernidad, tienen sus límites han dicho, sin ningún pudor, los voceros de los nacionalistas y socialistas ayer domingo. El bochornoso espectáculo totalitario, que ofrecían ayer El País y El Periódico de Cataluña estigmatizando la modernidad de la COPE, ya ha pasado a la historia de la represión de la formación de la opinión pública política en España. Si en España tuviéramos un nuevo Galdós, novelaría el bochornoso acontecimiento hasta mostrar que la novedad de esta nueva represión de los espacios liberales de España no tiene su modelo en los dictadores españoles de antaño, sino en los espadones centroamericanos de hogaño. El retroceso es significativo. El régimen político de Hugo Chávez es el triste modelo para negar la formación democrática de la voluntad popular a través de los medios de comunicación. “Democracia” sin medios de comunicación es el ideal de estos nuevos pendejos del populismo barato de Fidel Castro.
 
Hace tiempo que este cronista había señalado que España estaba sometida a un proceso de chavización o bolivarianización, o sea, de represión, control y dirección del poder de los medios de comunicación por parte del poder. Me hubiera gustado equivocarme, pero los hechos me están dando la razón. La embestida, terrible y totalitaria, que la COPE ha empezado a vivir ahora, ya fue ensayada este verano, aunque de modo más sutil y forma coyuntural, el diario El Mundo. Las presiones a las que fue sometido su director por un asunto particular ni de lejos se parecen a las críticas de la COPE, pero ahí ya había un aviso de lo que le podría pasar a otros medios.
 
Por supuesto, en este orden de ejemplos, no puedo dejar de recordar como desde La Moncloa se eligen periodistas para que actúen en RTVE y, sobre todo, se presiona a las cadenas privadas para que determinados tertulianos desaparezcan de los grandes programas. ¡Ya saldrán de sus madrigueras los palanganeros del PSOE en las cadenas privadas! Será tarde, pero, no lo duden, esas ratas abandonarán la balsa, cuando la cosa se ponga fea. Entonces… ¡Vendrá un tiempo de risas y desdenes! Nada.

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