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Ignacio Villa

Aquí están, estos son, los amigos ZP

La histórica ciudad universitaria se ha visto manchada y se ha situado como el trampolín de los intereses castro-chavistas gracias al Gobierno español. Menudo papelón

Es cierto que la hemeroteca nos enseña que Fidel Castro y Hugo Chávez han utilizado habitualmente las Cumbres Iberoamericanas en beneficio propio, respondiendo así al carácter dictatorial y populista que les es tan caro. No es nueva esa situación en sí misma. Lo que si es nuevo es la torpeza del Gobierno español para diseñar la Cumbre de Salamanca como un auténtico escenario para la propaganda de Cuba y Venezuela. La histórica ciudad universitaria se ha visto manchada y se ha situado como el trampolín de los intereses castro-chavistas gracias al Gobierno español. Menudo papelón.
 
Por un lado, Castro anunciando que no venía en el último minuto después de haber dado por seguro –lo hacía la vicepresidenta de la Vega el jueves por la tarde– la presencia del dictador cubano. Esta ausencia ha dejado en ridículo al Gobierno socialista que llevaba preparando mucho tiempo la venida de Castro a España. La simpleza de Zapatero al conocer la negativa del dictador cubano le coloca en su verdadero lugar. Síntoma del nivel de este hombre es lo que ha dicho al conocer el plantón: "voy a seguir sin conocer a Castro".
 
Por su parte, Hugo Chávez, llegando cuando la ceremonia inaugural había comenzado, le coloca también en el lugar que se merece. No sólo en la clasificación de la mala educación, sino en la falta de respeto hacia todos y hacia todo. Un hombre sin principios que sólo vive para su populismo destructor. Chávez, además, tiene previsto acudir a un acto político –promovido desde Batasuna– de apoyo a Cuba y Venezuela. Si eso se llegara a consumar; además de ser expulsado de España, debería provocar la ruptura inmediata de relaciones diplomáticas.
 
Todo este numerito de falta de respeto, de ignorancia sobre las formas internacionales de actuación y de insulto hacia los principios democráticos no pueden sorprender en exceso puesto que es lo único que saben hacer Castro y Chávez. Y por desgracia –tampoco sorprende– que el Gobierno español haya impulsado que en las conclusiones se recojan dos declaraciones. Una contra el embargo norteamericano y otra a favor de la extradición a Cuba de Posada Carriles. Dos cuestiones que aparecerán en el documento final gracias al presidente Zapatero. Como ven, el Gobierno español sigue haciendo méritos para mantenerse muy lejos de Estados Unidos.
 
Y eso que la vicepresidenta de la Vega lleva meses viajando por Iberoamérica preparando la Cumbre de Salamanca. Supongo que la satisfacción será mayúscula.

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