Probablemente ha sido de forma involuntaria, pero lo cierto es que, con la adquisición del 22% de Unión Fenosa por parte de ACS, Florentino Pérez ha lanzado un torpedo justo contra la línea de flotación de la OPA de Gas Natural sobre Endesa que, si da de lleno, como parece, puede hundirla.
La entrada de ACS en la eléctrica gallega ha venido forzada, indirectamente, por la propia OPA de Gas Natural sobre Endesa. Si la gasista catalana consiguiera su propósito, la única posibilidad que restaba a quien quisiera entrar en el mercado español era hacerse con el paquete del 22% de Unión Fenosa que el Santander tenía en venta. Y candidatos para el mismo no faltaban. Sin ir más lejos, en Portugal se ve la OPA con preocupación, razón por la cual algunas compañías lusas se acercaron al Santander en busca de su paquete en Unión Fenosa. Ahora, las empresas de nuestro vecino ibérico tendrán que buscar otra vía de entrada en el mercado español porque Fenosa ha quedado blindada. Conviene recordar al respecto que Caixa Galicia tiene el 10% del capital de la eléctrica, después de adquirir un 1% adicional al 9% que poseía la semana pasada, en cuanto se supo que la venta podía cerrarse en cualquier momento. Si a ello se añade el 3% del también gallego Banco Pastor, sumado al 22% de ACS, una participación que puede aumentar, según acaba de explicar Florentino Pérez, entonces la puerta está cerrada porque ACS y Caixa Galicia se entienden muy bien a través de los Albertos. Los primos tienen un 10% de la compañía que preside Florentino Pérez, pero entre sus inversiones figura también el 10% de la papelera gallega Ence, en la que Caixa Galicia es titular de otro 10%. Por ello, cuando Florentino telefoneó a los Albertos el pasado jueves por la tarde para comentarles que el Santander ofrecía a ACS su paquete accionarial en Unión Fenosa, éstos rápidamente dieron el visto bueno a la operación. Así, todos tan contentos mientras los gallegos blindan Fenosa ante la posible entrada en su capital de socios no deseados.
A la luz de los acontecimientos, los portugueses, que protestaron abiertamente por el acuerdo entre Gas Natural e Iberdrola para la venta de los activos de Endesa, en lugar de realizarse mediante subasta, no tienen más remedio que volver de nuevo la vista hacia la eléctrica que preside Manuel Pizarro. Pero podrían no ser los únicos, ya que, de la misma forma que se les ha cerrado a ellos la entrada en España a través de Unión Fenosa, se ha bloqueado esta vía para cualquier otra empresa europea, sobre todo francesa y alemana, que quiera penetrar en nuestro mercado. Por tanto, Endesa ha vuelto a situarse en el punto de mira de todos aquellos que saben que esta es la ocasión, que ahora o nunca porque si triunfa la OPA de Gas Natural se acabó todo y, si fracasa, Pizarro y su equipo buscarán la forma de blindar Endesa para evitar nuevos sustos en el futuro. En consecuencia, no sería extraño si, de repente, aparecen nuevos interesados en Endesa.
