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Ignacio Villa

ZP, ¿dónde estás, que no te veo?

Ahora cuando las cartas han cambiado; ellos mismos son los rehenes de sus trampas del pasado. Y cuando menos se lo esperaban se han encontrado con sus verdaderas miserias

El incendio de Guadalajara que está asolando la provincia desde el pasado fin de semana vuelve a enseñarnos la verdadera realidad de este Gobierno. Nos topamos con la inoperancia de un Ejecutivo escondido, a medio camino entre el sectarismo y la ineficacia.
 
La falta de medios, el desprecio por la gestión cotidiana y la prepotencia del ignorante han sido, de nuevo, los errores de este Gobierno que demuestra, una vez tras otra,  una parálisis congénita ante los imprevistos. Fueron torpes con las nevadas del invierno y han sido inútiles con los incendios del verano. Una auténtica calamidad.
 
Junto a esa gestión catastrófica de la desgracia ajena, se nos plantea una pregunta que no tiene respuesta, ¿dónde está Zapatero? Nadie ha visto, ni ha escuchado al presidente del Gobierno. Al mismo que le faltó tiempo para presentarse a los pies del edificio Windsor de Madrid para hacerse la fotografía; ahora se ha escondido ante la desgracia del incendio de Guadalajara.
 
Eso sí, ha mandado por delante a la Vicepresidenta del Gobierno que se ha llevado las cornadas de la mala gestión del Gobierno. De la Vega ha intentado parar el golpe al presidente; pero la desaparición súbita de Zapatero no ha pasado desapercibida a nadie. Mientras el presidente sigue inmerso en su "alianza de civilizaciones", se quita del medio si de lo que se trata es de asumir la responsabilidad de una larga cadena de errores que han llegado a provocar la muerte de once personas.
 
Y es que al final, en política, la utilización del error y del drama pasa siempre factura. El Partido Socialista –en la oposición– utilizó el Prestige, las obras del AVE, los accidentes del Talgo o el YAK-42 para deteriorar al Gobierno del Partido Popular. Ahora cuando las cartas han cambiado; ellos mismos son los rehenes de sus trampas del pasado. Y cuando menos se lo esperaban se han encontrado con sus verdaderas miserias. Y Zapatero sin aparecer. Será que estamos ante una cuestión menor. ¡Qué rápido se le han pasado los efluvios del talante!

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