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EDITORIAL

El cine y la “expresión de nuestros deseos”

Parecería que muchos de nuestros cineastas sólo están interesados en que el poder político les evite la competencia y obligue a los ciudadanos a entregarles, como contribuyentes, el dinero que les niegan como espectadores

El presidente del gobierno, con ocasión de la entrega de los premios Goya, ha tratado de convencer a los ciudadanos, “sobre todo a los más jóvenes”, de que vean cine español porque expresa “nuestra forma de vivir, nuestros deseos”. Al margen de la cursilería tribal de marras con la que este gobierno quiere interferir emocionalmente en la elección de los ciudadanos a la hora de ir al cine, parecería que Zapatero sólo se acuerda de invocar el sentimiento nacional español cuando se trata de llenar los bolsillos a un sector que, con dignas y honrosas excepciones, se ha caracterizado, más que por la calidad de su obra, por ser una beligerante y sectaria punta de lanza contra el anterior gobierno del PP.
 
No hay más que comparar la hostilidad que dirigieron al Gobierno de Aznar en las últimas galas de los Goyas con el cálido recibimiento que nuestros titiriteros han brindado a ZP en la ceremonia de entrega de este año. Quienes tanto justifican su descarada politización como una muestra de “responsable compromiso”, han sido nuevamente incapaces de dirigir la menor palabra de condena ni contra la barbarie terrorista de ETA, ni contra el terrorismo islámico. Y eso, a pesar de que, uno en Denia y el otro en Irak, vinieron a coincidir este domingo con la ceremonia. La presidenta de la Academia, Merecedes Sampietro, sólo abogó por la “excepción cultural”, que es como llaman muchos cineastas a sus intereses económicos y a su deseo de que el Gobierno los favorezca poniendo todavía más trabas a sus competidores extranjeros.
 
Por mucho que los directores de cine que rodaron el “Hay motivo” hayan expresado y, tras el 14-M, visto hacerse realidad, los “deseos” políticos del PSOE, lo cierto es que durante el 2004 el cine español ha perdido unos tres millones de espectadores a favor del cine extranjero. Y eso, a pesar de que Zapatero no ha hecho más que multiplicar las multimillonarias subvenciones al sector desde su llegada al poder.
 
Incapaces de mejorar la calidad cinematográfica de su obra, parecería que muchos de nuestros cineastas sólo están interesados en que el poder político les evite la competencia y obligue a los ciudadanos a entregarles, como contribuyentes, el dinero que les niegan como espectadores.
 
De ser cierto que la mayoría del cine español expresa “nuestra forma de vivir y nuestro deseos”, sería un motivo para lamentarlo, vista la sordidez, vulgaridad y marginalidad que caracterizan a muchas de sus obras. Lo que sí es, desde luego, la frase de ZP es motivo seguro para que los ciudadanos se protejan la cartera...

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