Un payaso italiano revienta un acto del vicepresidente Rato en el Retiro. Megáfono en mano, el triste cómico se troca en agente amenazante de la izquierda y vomita los mismos insultos con que el coro de la frustración amenizó el año pasado centenares de ataques a las sedes del Partido Popular. El silencio que mantuvieron entonces socialistas, comunistas y nacionalistas, prolongado durante semanas, ilustra su concepto de libertad y de democracia. Pocos saben que la misma noche en que Alberto Fernández salió entero de milagro de un acto en Tarragona, Rafael Luna, secretario general del PPC, fue víctima de una brutal agresión. Sus cicatrices aún son visibles.
La editorial Roca acaba de publicar El tripartit vist des de Madrit, así, con te final, presentado como una recopilación de las opiniones de los tertulianos y articulistas de Madrid sobre el gobierno catalán. Con texto en castellano, el producto es un auténtico alarde de la técnica del copiar-pegar. Lo firma un tal Iu Forn, autor únicamente de los comentarios que jalonan los textos reproducidos, muchos de Libertad Digital. Dichos comentarios se suponen realizados por los articulistas o por sus lectores. Forn pone en boca suya –en boca nuestra– cosas como: “El gobierno español ha mostrado una vez más su debilidad. (...) en vez de enviar los tanques a la región catalana y sofocar la insurgencia de la única forma que entienden esos perros rabiosos...”, o “Eso es lo que habría que hacer, encarcelar a Maragall y tomar Cataluña”, o “Y van y ponen Els Segadors antes de empezar el partido. Qué asco...” o “Lamentablemente el actual Ejército español ya no es lo que era (...) Nadie ha bombardeado aún Barcelona y nos estamos quedando con las ganas de darles su merecido a esos traidores”, o “El AVUI o EL PUNT (...) están en catalán y nosotros no aceptamos basura”. Eso es lo que Forn quiere que sus lectores crean que pensamos.
Dado que el intoxicador me cita repetidamente, debo aclararle lo siguiente a él y a sus jefes: 1) No soy un articulista de Madrid y, por tanto, no veo al tripartito desde allí. Escribo desde mi ciudad, Barcelona, y soy, como mínimo, tan catalán como usted, aunque eso no cuadre en su modelo maniqueo y plano de la realidad. 2) Administrar falsedades (golpismo, insultos a Cataluña y a los catalanes) de modo que sus lectores nos las atribuyan es una técnica goebbelsiana que cuenta con el antecedente de Los protocolos de los sabios de Sión, el apócrifo de la Ojrana zarista que avivó el antisemitismo y propició el Holocausto. 3) Nos señala usted a mí y a otros compañeros con el dedo, con la diferencia de que yo vivo en el ámbito de difusión de su panfleto. Si su miserable argucia, equivalente a una falsa delación, surte el efecto que usted está buscando, ya saben los lectores quién es el responsable.