El PSOE no puede poner en peligro el sistema de pensiones por la sencilla razón de que el peligro para las pensiones proviene del propio sistema. Lo que sí puede hacer el PSOE es conseguir que el crecimiento económico se acabe, que pasemos del superávit al déficit presupuestario y que encadenando tantos fracasos recaudatorios como éxitos viene cosechando el PP, no tenga dinero para mantener el nivel adquisitivo de las pensiones, viéndose obligado a recortarlas. Que dejen de pagarse es imposible, porque algo quedará en el Presupuesto y del Presupuesto salen todos los años estas pensiones por el sistema de reparto. Que haya menos que repartir con el PSOE que con el PP es, en cambio, bastante probable. Casi seguro. Pero no es esto lo que se debate en la polémica electoral.
En realidad, lo que está haciendo el PP es devolverle al PSOE aquella propaganda envenenada del 93 y del 96, cuando el gobierno y el partido felipistas achacaban a la derecha un “programa oculto” que supondría el desmantelamiento del Estado de Bienestar, el final de las pensiones, de la atención sanitaria gratuita y demás fórmulas de protección social. En realidad, vienen de Eduardo Dato y se hicieron realmente generales con Franco, es decir, que como casi todo lo que en España se ha hecho, lo ha hecho la derecha, pero, también como de costumbre, se lo apropiaba la izquierda. No obstante, aquel mensaje del miedo caló en las capas menos cultas o simplemente más asustadizas de la población, es decir, los más mayores, menos informados y más pobres.
Por supuesto, la extraordinaria gestión económica en los años de Gobierno Aznar le permiten al Presidente decir con verdad que ha mejorado la situación de los pensionistas con el PP y que es más que probable que el PSOE no sea capaz ni de acercarse a sus logros. Pero no debería, porque es innecesario, asustar a los pensionistas. Lo que sí debe hacer el PP, ya no Aznar sino Rajoy, es cambiar el sistema de reparto actual por el de financiación particular, exonerando al Estado de una responsabilidad que no siempre podrá cumplir. Se entiende que en campaña electoral la cruda verdad no sea una mercancía muy apreciada por los partidos políticos pero el mismísimo 15 de marzo, si gana el PP, debería ponerse manos a la obra en ese cambio de sistema. Porque es ahí donde está el peligro para las pensiones futuras. En el PSOE, sólo para las presentes.