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Este martes por la noche decidí desconectar de mi actividad diaria practicando una actividad que, según creen muchas personas, es mucho más sana que conectarse a la Red. Me puse a ver la televisión. En una emisora de ámbito nacional emitían un programa sobre sucesos paranormales en el que, según anunciaron mostrando imágenes de páginas web, iban a hablar del Anticristo. Decidí verlo, convencido de que trataría sobre sitios web satánicos y similares. Me equivoqué.

El reportaje comenzó citando el Apocalipsis, texto en el que se afirma que el Anticristo se podrá reconocer por su marca, el 666. A continuación, se decía que la w de nuestro abecedario es el equivalente a la letra vav del alfabeto hebreo, cuyo valor numérico es 6. Según este argumento, al teclear las clásicas www, lo que hacemos es escribir el "número de la Bestia". El programa daba más argumentos en los que se satanizaba (literalmente) la Red al tiempo que mezclaba todo lo informático sin ningún rigor. Se olvidaba de la labor de los considerados "padres de la Red" y mostraba la Red como un logro casi exclusivo del fundador de Microsoft. Recogía, dando diversas explicaciones, el mito de que Bill Gates es el Anticristo y se decía que, otorgando a cada letra un valor numérico comenzando por el final del abecedario latino, Windows 95 también suma 666.

Estuve a punto de soltar la carcajada cuando se afirmó que VISA (si se analiza según el sistema de numeración romano y los alfabetos griego y babilónico) representa la misma cifra demoníaca. Pero había más. El reportaje decía que al operar con esas tarjetas de crédito una parte de nuestro dinero iba a para a Bill Gates a través de Internet (no explicaban de que manera), con lo que se cumplía la profecía bíblica de que nadie podría comprar ni vender sin pagar al Anticristo. El reportaje es sin duda alguna una tontería en un programa que, por los temas que trata, muy pocas personas se toman en serio. Pero es un síntoma de algo mucho mayor y más grave.

Lo del citado reportaje es esperpéntico, pero la imagen de la Red –y las Nuevas Tecnologías en general– que muestran las televisiones en programas más serios es lamentable. Los informativos de las diferentes cadenas sólo citan a Internet para informar del desmantelamiento de redes de pornografía infantil o sobre el uso que le da todo tipo de delincuentes. Cuando se desmantela un grupo terrorista, las distintas emisoras nos muestran los ordenadores que utilizaban los detenidos (no enseñan teléfonos, coches o cuadernos, cuando también los utilizan). Pareciera que los medios de comunicación tradicionales (aunque en menor medida, también lo hacen la radio y la prensa en papel) están empeñados en frenar como sea el avance del "recién llegado", que ya se ha ganado el favor de millones de personas.

La televisión se enfrenta a una realidad muy dura, pierde audiencia en beneficio de Internet. Lo mismo le ocurre, aunque menos, a la radio y los periódicos impresos. Ante esta situación han optado por la técnica más burda: vender que el nuevo rival es algo nocivo. Lo recomendable sería que los medios tradicionales dejaran de lado esa estrategia y se adaptaran a los nuevos tiempos. No van a acabar con la Red y, antes o después, se verán forzados a hacer lo que ahora no quieren realizar de forma voluntaria. Cuanto más tarden en comprenderlo, mayor será el daño que hacen a Internet, pero también a ellos mismos.

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