Me estaba preguntando anoche, mientras reflexionaba sobre todo lo que estamos viendo y viviendo últimamente, sentada frente al lago de Ychoux, en qué está pensando a su vez y a qué está esperando el Papa para manifestarse en contra del régimen de Nicolás Maduro y de la masacre que este dictadorzuelo está llevando a cabo en contra del pueblo venezolano, y en qué opinará acerca de ese mismo pueblo venezolano que ha salido tan valientemente a las calles de una punta a la otra del país para defender sus derechos.
Sí, ¿en qué anda el papa Francisco? Ese mismo papa que declara tras varios crímenes terroristas islamistas que el islam es una religión de paz. ¿Dónde estás, papa Francisco? ¿Te has tragado la lengua como te la tragaste con Cuba y los desmanes del castrismo, y con tu propio país, la Argentina, y aquellos desmanes de su antigua presidenta, la corrupta Cristina Kirchner?
Pues eso. El Papa anda muy silencioso. Callar, no cabe duda, es una manera de aprobar y apoyar la dictadura de Nicolás Maduro, como ha apoyado con su silencio la de los hermanos Castro, y todo lo que huela a rojo rojísimo. Porque, díganme ustedes, ¿por qué el Vaticano y su mayor representante no han dicho ni esta boca es mía acerca del injusto encarcelamiento del cubano Eduardo Cardet, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). ¿Por qué calla y colabora la iglesia con el castrocomunismo? Pues, ya lo dije, por eso. Por rojos rojísimos. Hasta el mismo arzobispo de La Habana abogó por un socialismo a la cubana –estilo tropical habrá querido insinuar– como única opción para ese pueblo que ya no quiere saber de más nada como no sea de reguetón, mientras más cochino y machista mejor, y de que les rellenen las cuentas de sus móviles, desde el exilio, por supuesto.
¿Dónde anda este Papa metementó, que lanza pautas acerca de la homosexualidad, y hasta de los divorcios, y de las supuestas libertades de esas religiones de la paz de los sepulcros que asesinan casi a diario, convirtiendo el cotidiano acontecer en puro horror, al que, también según algunos políticos, debemos acostumbrarnos? ¿Qué hace el Papa, supuestamente defensor de la vida, dando la espalda a los millones de venezolanos ahora mismo en peligro de muerte por exterminio comunista castrochavista?
Francamente, yo ya no entiendo nada. ¿Qué papel desempeña la iglesia en todo esto, cuando debiera juzgar y hacer tabla rasa con la inmoralidad, inmersa como está la Humanidad en este desparpajo de degollinas, explosiones y bombardeos? ¿Qué necesidad tenemos de esa iglesia, y de invocar a Dios a través de una institución que actúa indiferente a los derechos por los que Jesucristo fue crucificado en la cruz –según ellos?
¿Por qué el papa Francisco no termina de condenar todas esas tiranías y dictaduras comunistas que hoy predominan en el mundo, de indistintas maneras, de manera directa o mediante sus mascaradas de izquierda flexible y socialismo light en las que se ha reciclado el comunismo del siglo XXI? ¿Será porque el Vaticano se ha convertido también en una institución tiránica y dictatorial comunista a la que no le interesa más que amasar adeptos que le llenen las arcas y dominarlos mediante una cierta ideología y fe que nada tiene que ver con el cristianismo, y mucho menos con la verdadera fe?
Nosotros, los que todavía creemos en el poder infinito del amor y de la verdad, estamos esperando una palabra suya de verdad y de amor a la justicia y a favor de la vida, papa Francisco.