La astucia de los hermanos Castro ha alcanzado niveles inimaginables, desde un tiempo a esta parte los criminales de Birán ya no fusilan, actualmente asesinan a opositores pacíficos en medio de huelgas de hambre, e inoculan virus y envenenan durante manifestaciones o ingresos hospitalarios, como hicieron hace unos meses con la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán. Ahora desdichadamente le ha tocado el turno a Wilman Villar Mendoza, un joven opositor del oriente del país, casado con Maritza Pelegrino, padre de dos niñas, una de cinco y otra de siete años.
En noviembre del 2011 Wilman salió a la calle a protestar de manera pacífica, lo detuvo el G2 (Policía Política) y lo condenaron a cuatro años de prisión. Dentro de la cárcel empezó una huelga de hambre por sus derechos de preso político, exigía una carta de libertad y que se le reconociera su inocencia, y su condición de opositor pacífico. No sólo no oyeron sus demandas, tampoco le dieron tratamiento médico y no fue atendido durante su huelga de hambre. Murió 50 días más tarde. Su posible asesinato había sido denunciado por Mario Díaz-Balart, congresista cubano-americano, al gobierno de los Estados Unidos, que se hizo el de la vista gorda como ocurre desde que Barack Obama tomó el poder en ese país. A Barack Obama le interesa más el intercambio cultural que la libertad de Cuba, si es que se le puede llamar a eso intercambio cultural, con los más mediocres artistas castristas viajando a Estados Unidos, y ningún exiliado a Cuba, por supuesto.
Numerosos activistas y periodistas independientes del oriente del país denunciaron durante casi un mes las injusticias cometidas con Villar Mendoza. Pero, como siempre ocurre con los cubanos, tuvieron que matarlo para que el mundo y la prensa internacional se hicieran eco de la noticia. Mientras estuvo vivo, en una huelga de hambre, no leí un solo artículo apoyándolo, nadie entrevistó a su esposa, nadie se ocupó de recoger las ideas y el pensamiento de este joven de 31 años aunque fuera a través de los periodistas y opositores cubanos que estuvieron cercanos a él. No sólo lo dejaron morir, además hicieron el paripé de que lo sacaban vivo para un hospital; esto se sabe porque su mujer ha declarado que ya al salir de la prisión él iba muerto.
La prensa internacional no ha contactado a los periodistas y activistas de la oposición que desde hace semanas siguen el caso de Villar Mendoza. A algunos no los podrá contactar ya porque han sido detenidos en la madrugada de hoy, como es el caso de Yoan David González Milanés, a otros se les ha impedido asistir al entierro y salir de sus casas. Hasta el día de hoy los blogueros famosos sólo andaban muy ocupados en pedirle entrevistas a Dilma Rousseff para que los dejen salir del país, sin embargo, como ya nos tienen acostumbrados, en un acto de necrofilia sensacionalista de última hora, ya se han agarrado al muerto para acaparar primeras planas de los periódicos mundiales. Asqueroso.
Como por casualidad han detenido obviamente al exmilitar de Angola Guillermo Fariñas, el plusmarquista de las huelgas de hambre, el único que resiste seis meses y no se muere porque es el único al que la Seguridad del Estado y los hospitales del régimen le dan seguimiento, como huelguista oficial. Ya anda tratando de virar las cámaras y los focos hacia él, como hizo en el momento en que murió Orlando Zapata Tamayo. Vamos, que aquí nadie es bobo.
El caso de Cuba no puede ser más asqueroso. En menos de tres años han acabado con las vidas de Orlando Zapata Tamayo, Juan Wilfredo Soto, Laura Pollán, Wilman Villar Mendoza, y un adolescente de 14 años, Alain Izquierdo Medina, que fue asesinado fríamente a balazos por un militar.
Para colmo, el raulismo ha creado una falsa disidencia, blogueros oficialistas y no, que niegan lo ocurrido, escupen calumnias y difamaciones sobre los muertos, y los que no, pues se dedican a vivir de ellos, a ganar dinero y premios chachareando por tuiter encima de la sangre derramada por los opositores. Abyecto.
Cada vez que me preguntan si los cubanos se lanzarán a las calles en contra del régimen como ha sucedido en los países árabes pregunto si ellos estarían dispuestos a apoyarlos antes de que ocurra una masacre como ha ocurrido en Siria, ante la indiferencia internacional. No lo creo, no creo que los cubanos salgan a las calles, y si lo hicieran nadie los defendería. Los cubanos seguimos siendo para los demás indios con levita, esclavos cagados, y sandungueros de bajo nivel cultural. Nosotros mismos tenemos la culpa, en lugar de enviar cartas a Dilma Rousseff y al papa Benedicto XVI para que anulen sus próximas visitas a Cuba, lo que se le ocurre al exilio es armar otra flotilla con fuegos artificiales. Patético. Fuegos artificiales para que mientras en el interior del país golpeen a las Damas de Blanco y detengan y asesinen a los opositores que se han lanzado a las calles, los zánganos tuiteen desde una azotea del Vedado que están viendo las chispitas de los fuegos artificiales. Penoso.
Resulta indecente que mientras un hombre moría en una cárcel todavía algunos estén pendientes de viajecitos al exterior, de cambios gubernamentales que nunca llegarán por parte de Raúl Castro, quien ya ha anunciado que nadie debe hacerse ilusiones. Resulta vejatorio que el escritor uruguayo Eduardo Galeano declare en Cuba que el régimen ha hecho cambios, seguramente se hará eco ahora mismo de las difamaciones en contra del cadáver de Villar Mendoza. Pero lo que resulta más indignante es que le sigan dando premios y columnas periodísticas en periódicos españoles a escritores solapadamente procastristas que son las maracas publicitarias del régimen y que forman parte de esa disidencia light creada por el raulismo. ¿Ha escrito alguno de ellos algo sobre Orlando Zapata Tamayo, sobre Laura Pollán, sobre Juan Wilfredo Soto, y ahora sobre Wilman Villar Mendoza? ¿Por qué no preguntan a Leonardo Padura, a Wendy Guerra, a Pedro Juan Gutiérrez qué piensan ellos de estos crímenes? No dirán nada, porque ellos son desde su silencio cómplices de los crímenes de la dictadura, sin embargo, viven de las migajas que caen de los que hemos levantado la voz por una Cuba libre, del espacio que les hemos abierto. Tampoco otros escritores del exilio se manifiestan, porque incluso viviendo fuera temen perder sus trabajos en las universidades americanas y francesas, y las publicaciones en algunas editoriales españolas que todavía ven por los ojos de los Castro y mueven el fambeco al compás de la idealizada revolución cubana, ya regastada y babosa.
Apesta lo de Cuba, me duele porque es mi país, pero apesta. Hoy es uno de esos días en los que la ira me ciega, y tengo que hacer un esfuerzo enorme porque apenas tengo ganas de escribir dos palabras. Otro muerto más, una viuda y dos niñas sin padre. Así ha sido durante 53 años. Lo peor es que esa viuda y esa dos niñas, dentro de poco, tendrán que abandonar el país, porque las obligarán a ello, y deberán irse al exilio para impedir que sigan clamando justicia, como hicieron con la madre y los hermanos de Orlando Zapata Tamayo. Y una vez que lleguen al exilio se darán cuenta de que Villar Mendoza ha dado su vida en vano, como las dieron Zapata Tamayo, Pollán, Soto y tantos otros antes que ellos.
Es hora, ya hace tiempo que es hora, de que los gobiernos democráticos, la ONU y el mundo exijan que los Castros abandonen el poder, que sean llevados a un tribunal penal internacional y sean juzgados por crímenes contra la humanidad. ¿Qué más vamos a esperar? ¿A cuántos cubanos más nos tienen que matar? ¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando que los representantes del raulismo light sigan cogiéndose espacios en Casa de las Américas, en las Ferias Internacionales del Libro, Guadalajara, y hasta Miami? ¿Hasta cuándo vamos a seguir dándole cable a los aprovechados del dolor del pueblo cubano?
Espero que periódicos como The Guardian, Courrier International, The Huffington Post, entre otros, empiecen a entrevistar a Maritza Pelegrino, que es la que tiene que decir y declarar, es la que de verdad tiene que hablar sobre su esposo, y contar de sus ideas, y de quién fue esta persona hasta el último instante de su vida, que se siga la pista de la verdad, y no la del espectáculo. Que ya del espectáculo sensacionalista con los mismos hablando basuras y repitiendo consignas, que ni siquiera conocieron a Villar Mendoza, estamos más que hartos. Y es una de las razones por las que no nos hacen caso ni en la esquina de la bodega.
Aprovecho para denunciar, ya lo hice en mi blog y se ha hecho en otros blogs del exilio, que la activista opositora Sara Martha Fonseca Quevedo ha sido nuevamente detenida, y está amenazada de muerte. Ojalá que no haya que esperar por otra desgracia para que se hable de ella, así como de Ivonne Malleza, detenida desde hace más de un mes, por manifestarse pacíficamente en la calle, y su esposo Ignacio Martínez. Ivonne Malleza se estaba desangrando en una prisión, lo que ha sido denunciado por su madre, ya que padece de fibroma y le habían negado los medicamentos.
Tendría mucho más que decir, pero hoy me dobla el dolor.