Todos abogan ahora por la paz, incluidos los que inventaron la guerra, y promovieron la guerra de guerrillas y el terrorismo, y fueron sus protagonistas principales hasta el otro día viviendo a costa de acabar con miles y miles de vidas humanas.
¿Por qué hablan de paz cuando sabemos que de lo que se trata es de poder? Lo que ansían es el poder, sea como sea. Y para conseguirlo buena parte del mundo ha legitimado a una de las dictaduras más cruentas y duraderas, la castrista, para que sirva de intermediaria en ese chachareo de la paz y el poder. ¿Quiénes legitimaron al castrismo para ese diálogo de supuesta paz entre el gobierno de Colombia y los narcoterroristas de las FARC? Ya dije que todos, pero especialmente Bill Clinton cuando fue presidente, ahí empezó la negociación, a través del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, íntimo amigo de los tiranos de Birán, y la izquierda mundial que les siguió la rima y la rumba.
No, y espero que no quepa duda, los Castro, que son los que dominan y manejan los hilos de las marionetas, no anhelan la paz, lo que buscan es el poder, apropiarse de Colombia y esquilmarla como hicieron con Venezuela, a través ahora de la narcoguerrilla. El poder a través de la paz de los sepulcros instaurada por esos guerrilleros del lujo y la cocaína.
Por otra parte, ¿qué buscaba Juan Manuel Santos? No seamos hipócritas. Santos buscaba el Nobel de la Paz. Bien, ya lo tuvo. Por encima de muchos que lo merecían más que él. Como obtuvo Gabo el de Literatura por encima de Jorge Luis Borges, en el año en que ambos estuvieron nominados. Así va este mundo. Se trata de poder y no de paz, lo reitero. Porque ninguno puede hablarnos de paz, ninguno sabe lo que es la paz, ninguno posee la cultura ni la sensibilidad ni la trayectoria suficientes para llamarse pacífico. Y no hay otro poder en el mundo que el de la izquierda, así de sencillo.
¿Cómo puede discutirse un tratado de paz en La Habana regida por los hermanos Castro? ¿Viven los cubanos en paz? De ninguna manera, los cubanos viven asediados a diario por los odios y el terror de una familia mafiosa que consiguió ser la dueña absoluta del país, y me refiero también a los herederos, hijos y sobrinos de los dos tiranos. Esa gentuza es la que gobernará en Colombia si los narcoguerrilleros toman el poder en el futuro.
Recuerden los que no creían que esto podía suceder en Venezuela, y sucedió. Y ahora ya ven lo que cuesta sacárselos de encima, porque esa gente cuando agarra el poder es para siempre y para destruirlo todo. Para desgracia, Cuba es el ejemplo.