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Zoé Valdés

Leopoldo López y el Papa

Leopoldo López ha sido condenado por la injusticia venezolana a trece años y nueve meses de prisión. A ver qué dice el Papa.

Leopoldo López ha sido condenado por la injusticia venezolana a trece años y nueve meses de prisión. De nada ha valido la infatigable acción de su esposa, Lilian Tintori, que ha movilizado masivamente a su país y al mundo en pos de la libertad del político de Voluntad Popular.

Lepoldo López es un hombre joven, sus hijos son pequeños, cuando salga de la cárcel será un hombre maduro y sus hijos habrán crecido sin él. Claro, también es verdad que si Leopoldo López hubiera sido cubano seguramente lo habrían condenado a muchos más años de cárcel o en estos momentos estaría fusilado. Recuerden a cientos de miles cubanos ejecutados por mucho menos de lo que acusan a López.

Mario Chanes de Armas pasó treinta años y un día de prisión. Su hijo nació y murió joven, y él no pudo asistir ni al nacimiento ni al entierro de su hijo, porque no se lo permitieron. Eusebio Peñalver pasó veintiocho años en una ergástula castrista, fue condenado a cuarenta y cuatro años. Como ellos ha habido y hay miles de cubanos, reitero. Jamás la iglesia católica cubana ni el Vaticano han tenido palabras de reconocimiento para estos hombres y mujeres (que también las hubo).

¿Ha dicho algo el papa Francisco respecto a la injusta condena recibida por Leopoldo López, el líder venezolano? Nada, ni una sola palabra. Lo que no es raro.

Sin embargo, Leopoldo López ha sido respaldado por numerosos políticos de izquierda que por otra parte jamás han querido mencionar siquiera los nombres de los cubanos asesinados y encarcelados por los Castro, igual no tardará para que el Papa se conduela y haga algo por su liberación, aunque sea a labio mordido.

En breve el papa Francisco viajará a Cuba. Según he leído ya ha expresado que desea entrevistarse con el tirano Fidel Castro. La foto recorrerá el mundo y santas pascuas.

Es muy poco probable que el Santo Padre se reúna con la disidencia, ni exija la libertad de los verdaderos presos políticos y no se contente con los tres mil presos comunes que le entregarán a cambio de su silencio. Es poco probable también que el Pontífice se digne a negociar aunque sea la liberación del venezolano, que todos sabemos que depende de los Castro, ya que Nicolás Maduro sólo hace lo que le ordenan los hermanazos de Cuba. Podrá pedir su liberación fuera de Cuba con boca apretada, pero jamás se enfrentará por él a los dictadores.

A Cuba también llegará al mismo tiempo su compatriota, la mandataria argentina Cristina Kirchner, con el objetivo de conferenciar con Francisco y con sus anfitriones. Y todo quede en casa. En la casa del horror.

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