Explotó la cosa en Hong Kong, llevaba tiempo a punto de estallar. Llegó la hora. Los jóvenes, y hasta los viejos, pero en su mayoría jóvenes, han decidido enfrentarse al gobierno bastante y suficientemente regido por el de Pekín. Es una revolución que habla en dos idiomas, en chino y en inglés.
Es una "revolución", pese a que no me agrada el título innoble, no cabe duda de que no se trata de una simple revuelta insustancial, no, es una revolución en el mejor sentido de la palabra y en todos los aspectos. ¿Por qué la han llamado "la revolución de los paraguas"? Porque los manifestantes se protegen con los paraguas de la represión y de los gases lacrimógenos. Es una revolución ordenada, bien planificada, a tal punto que los chicos reciclan los paraguas destruidos o los alinean en basureros para que sean recogidos por los recogedores de basura de la basura reciclable.
¿Por qué protestan? La corresponsal de El País anuncia que: "Hong Kong, antigua colonia británica, se rige por el principio de "un país, dos sistemas" desde su regreso a la soberanía china en 1997. Eso le permite disfrutar de una serie de libertades inexistentes en la China continental, incluida la celebración de elecciones - aunque hasta ahora mediante un sistema limitado de sufragio indirecto - o la libertad de prensa." Su extenso reportaje es preciso, pero le faltó hablar de la falta de libertades en China que quieren imponer en Hong Kong, y de la misma China, donde muy pocos se han situado del lado del pueblo.
¿Se han dado cuenta también de lo poco que se ha escrito sobre esta nueva revolución en Hong Kong? Con toda evidencia no cuenta con la popularidad que tuvieron las árabes en el sector de la izquierda y de los intelectuales de izquierda. Veremos si se despiertan del gran letargo en que se han sumido desde la existencia del comunismo hasta la fecha. Veremos a ver, además, si la revolución de los paraguas se extiende a China y de ahí a Cuba, cosa que dudo.
Los chinos no harán nada, pero estoy segura que ya han levantado expediente secreto de cada uno de los manifestantes. Con que exista un delator o dos por cabeza ya tendrían el trabajo asegurado.
Ojalá triunfe "la revolución de los paraguas" y no se quede en noticia solamente como se quedó la revolución de los estudiantes en Venezuela, donde hubo tantos muertos, jóvenes estudiantes violados, golpeados y torturados. Otra revolución muy poco apoyada por los poderosos de la izquierda internacional.