El papa Francisco habla demasiado, se le va la lengua y dice esto y lo de más allá. A esa forma de comportarse en Cuba se le llama ser "bembetero". Sí, Francisco bembetea a menudo, sin ton ni son, o por el contrario, al sonsonete de sus amigos, que ya sabemos quiénes son tras visitar a los Castro y negarse a encontrar en La Habana a las Damas de Blanco y bendecir públicamente a Nicolás Maduro en pleno enfrentamiento con la oposición.
Dijo el Papa en una entrevista, haciendo uso de uno de sus actos de bembeterismo como a los que nos ha ido acostumbrado que hay que derribar los muros, sin embargo no menciona qué muros. No se refiere por ejemplo al muro que Bill Clinton construyó en 1993 entre México y Estados Unidos y ahí está todavía, tampoco alude al muro que México le interpuso a Guatemala, se deja en el tintero el muro de François Hollande en Calais, o el de Perú que divide a los ricos de los pobres, y el de Guantánamo en Cuba con minas antipersonales. En fin, que de unos cuantos muros se olvida. Pero el primer muro que no mienta es el que rodea al Vaticano aislándolo de la ciudad y de los ciudadanos de Roma y de los visitantes del mundo entero.
También añade Papa Pancho o Paco, que hay que recibir inmigrantes. Bien, ¿a cuántos ha recibido Su Santidad en la inmensidad vaticana? A 20 inmigrantes, reitero, el Vaticano sólo se ha dignado a acoger a 20 inmigrantes. ¿Será ejemplar, por no llamarlo de otra manera?
Pero donde el Papa bembeteó dándose gusto y bateó la bola más fuerte y lejos fue cuando aseguró en la misma entrevista aquello de que "mi respuesta siempre ha sido que, en todo caso, son los comunistas los que piensan como los cristianos".
De modo que los comunistas piensan como los cristianos. Sí, cómo que no. ¿No pudo ahí mismo el periodista interpelarlo, entonces por qué razón los comunistas ejecutaron sin la más mínima compasión ni piedad a 100 millones de cristianos? Porque viéndolo desde la óptica eclesiástica cristianos somos todos, ¿no?
Llevo observando al Papa desde que fue nombrado. Y puedo decirles lo siguiente sin que me quede nada por dentro, este Papa no es un hombre de paz, no es un hombre justo. Este Papa tiene sus tendencias muy claras, y se sitúa siempre del lado de los tiranos. Sus palabras lo definen tal cual, un Papa muy próximo de los comunistas.
¿Loco? No, el Papa no está loco. El Papa está cumpliendo una agenda muy bien definida y organizada y no creo que sea precisamente la de la paz, la compasión, la justicia y la libertad. Con Cuba y con Venezuela lo ha demostrado ampliamente. No se halla cómodo del lado de los sufridos con todo lo franciscano que sea o que haya sido.