España por fin se mueve, baja el desempleo, es lo que dicen las cifras, no lo digo yo, el rey Juan Carlos abdica en su hijo el príncipe Felipe, que pronto será coronado como Felipe Sexto. Estas son las buenas noticias
Las malas noticias: los partidos principales de España caen en popularidad y un partido de extrema izquierda, estrenado hace sólo un año, cuyo líder se dice admirador de absolutamente todas las dictaduras de la tierra (las únicas que quedan, las de izquierda), de las más peligrosas, la castrista, la chavista y hasta la norcoreana, ha conseguido subir en intención populista, que no popular.
Es una mala noticia porque en primer lugar es un partido inventado en la Caja Idiota (la tele) y en Twitter, ya saben… Un partido sin experiencias políticas logrado por un tipo de la tele, de ultraizquierda. Lo mismo que Marine Le Pen, pero en el otro extremo. O sea, en el bando del tirano norcoreano, para ir más directos, que no escatima a la hora de asesinar a su propia familia.
Pero sigamos con las buenas noticias. Por suerte, todavía queda gente sensata, y hace unos días, hablando con algunos amigos españoles me dijeron que ellos prefieren, con los ojos cerrados, a un rey como Felipe Sexto que a un idiota como el que dice que representa al pueblo. ¡Ah, el pueblo!
Pero veamos, no se trata de preferir o no a uno por encima del otro, aunque comprendo lo que quisieron expresar estos amigos. Sabemos que Felipe Sexto será un rey moderno, tirando a centro izquierda, la reina Letizia fue periodista de información (también de la Caja Idiota, pero nadie es perfecto), es tan bien una persona cultivada y seria y al mismo tiempo muy en la onda, y de izquierdas, sin duda alguna. A mí, particularmente eso de izquierda o de derecha, me importa un bledo. Lo que sabemos, en fin, es que tanto el futuro rey como su esposa son amantes de la democracia, de la libertad, y sabrán cuidar de ella; eso es lo importante. Son personas sumamente preparadas para defender esos principios y esos derechos.
Del posible futuro dictador de esa gauche caviar, disfrazado para colmo con la chaquetilla militar verde olivo del castrismo, lo que sabemos es que no para de parlotear en consignas, que tiene un ego que se lo pisa, y que lo único que anhela es destruir la libertad y pisotear la democracia, dado los modelos que él cita como referencia a su combate.
Por lo tanto, creo que con el nuevo Rey ganaremos profundamente, frente al tiranillo de la coleta; la juventud no es tonta, y sabrá poner en una balanza.