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Víctor Llano

La conciencia social de Zapatero

Obama sí exige la libertad de los presos de conciencia. Lo de Zapatero es distinto. No se explica. ¿Por qué traiciona a los cubanos? ¿Por qué desprecia su sufrimiento? ¿Qué le lleva a simular que no ve lo que ocurre en la isla de los cien mil presos?

A la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE no le parece conveniente exigir la liberación de los activistas de los derechos humanos que en más de doscientas cárceles tortura la tiranía castrista. No otra actitud podíamos esperar de Elena Valenciano. Es la misma que mantienen Zapatero y Moratinos. Medio siglo les parece poco tiempo. Prefieren esperar a que pasen otros cincuenta años. Puede que entonces decidan reflexionar sobre si sería eficaz incomodar a los carceleros sugiriéndoles que dejen de encarcelar y torturar a mansalva.

Mienten cuando presumen de que Barack Obama ha asumido la misma política que ellos defienden en Europa respecto a la tiranía de hermanos Castro. No es cierto. Es muy difícil mostrarse tan desalmado como se muestran los socialistas españoles que desprecian el sufrimiento de las víctimas de la barbarie castro-comunista. Obama sí exige la libertad de los presos de conciencia. Lo de Zapatero es distinto. No se explica. ¿Por qué traiciona a los cubanos? ¿Por qué desprecia su sufrimiento? ¿Qué le lleva a simular que no ve lo que ocurre en la isla de los cien mil presos? Nos consta que ha enredado todo lo que ha podido en favor de los castristas en Europa. Y ya sería mucho. ¿Por qué ni siquiera se atreve a pedir la libertad de los presos de conciencia?

Alguna explicación ha de existir. Ha de mediar algo que explique lo inexplicable. ¿Quién podría reprocharle a Zapatero que pidiera lo mínimo que se le puede pedir a los Castro? Ni el más sectario de los liberticidas españoles se lo reprocharía. Ya nadie aquí cree la patraña de que los torturados por la tiranía son peligrosos agentes de una potencia enemiga. El líder del PSOE no pagaría ningún coste político por exigir que los excarcelen. ¿Por qué no lo pide?

Ni pregunto por preguntar ni con la intención de reseñar una vez más lo desalmado de la actitud de Zapatero. Sencillamente, no la entiendo. Se supone que Fidel Castro no cuanta con nada que pueda servir para chantajearle. ¿O es que acaso no respondió a una de sus bravatas que le recordara los datos que guarda en su mochila? Esperemos que no se queme. No nos queda otra que esperar sin renunciar a la esperanza. Puede que algún día conozcamos a qué responde la cobardía de Zapatero y hasta dónde alcanza su conciencia social.

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