El pasado 30 de diciembre, el nuevo ministro de Cultura, señor Wert, subía su nombre completo al Boletín Oficial del Estado, con la aprobación en Consejo de Ministros de la polémica y liberticida Ley Sinde. Tan solo un mes después, el Tribunal Supremo admite a trámite un contencioso administrativo que pide su impugnación y solicita la suspensión cautelar.
Son tiempos de buscar salidas a la crisis económica, política y de valores en la que nos encontramos. Para los que creemos que la era digital está aquí y está generando una redefinición radical del funcionamiento de la sociedad, basada fundamentalmente en la capacidad de intercambio directo y en la libre aportación de contenidos y conocimiento, son tiempos de conquistar un futuro mejor que el presente.
En cambio, el señor Wert no da importancia a las consecuencias que se derivan de la aprobación de esta ley que hace un flaco favor a la industria de las TIC en nuestro país. Miles de webs españolas van a ser migradas a servidores extranjeros, provocando pérdidas a los empresarios españoles del sector del hosting -alojamiento virtual de datos-. Porque la Ley Sinde no es una ley anti-descargas, sino una ley pro censura.
Bastará con que, en un foro de cualquier página, se incluya cualquier enlace para que esa página sea susceptible de ser cerrada sin que ningún juez investigue el fondo de la demanda, ya que la nueva ley acaba de convertirlos en meros administrativos que deberán firmar rápidamente cualquier orden de cierre que les envíe la S.S. de la Comisión Sinde.
Ante esa inseguridad jurídica, ningún emprendedor del sector de las TIC se atreverá a dar cuerpo a su idea en este país. Y si deciden hacerlo, lo harán en servidores extranjeros. Ya han conseguido la fuga de cerebros de España, ¿ahora pretenden también impulsar la fuga de servidores?
Es una mala noticia, que el señor Wert emule a su antecesora en el cargo y que presuma en ser "uno de ellos", se supone que de los mismos que nos trajeron la Ley Sinde, en vez de defender que su cargo de ministro es para serlo de todos los españoles sin excepción.
Ahora, solo nos queda esperar a que la Justicia haga justicia; justicia que unos malos gobernantes niegan al interés general.
El Sr. Domingo es presidente de la Asociación de Internautas.