Que Rosa Díez no es la perfección es evidente. Que le sobran defectos lo sé de sobra. Que difiero de muchos de sus planteamientos lo tengo claro. No esperen un panegírico. Ni la conozco ni aspiro a ser su amiguito, frente a esa tendencia tan repugnante como dominante en la prensa española de maridaje entre periodistas y políticos.
La clase política que nos ha tocado padecer es peor que una maldición bíblica. Y no es accidental. Esta casta es el reflejo de una masa de hooligans sectarios que ven siglas antes que ideas. Entre ellos los peperos. Desde que fundó UPyD dedican buena parte de su tiempo a desacreditar a Rosa Díez. Están ociosos, no hacen oposición.
Dicen de ella que es socialdemócrata, menudos genios. Lo han descubierto. Enhorabuena. Nunca lo ha ocultado, que yo sepa. Quien engaña deliberadamente es quien se presenta como "liberal" cuando no lo es. Por ejemplo Rajoy, el líder de esta panda. Reto a cualquiera a que, programa económico en mano, me demuestre en qué es más liberal el PP que UPyD. Es más, ¿cuándo ha sido liberal el PP? Ni ahora ni nunca. Uno puede ser del pepé, del papá o del pipí, me importa un rábano, pero dejen ya de hablar en nombre del liberalismo. Ya basta. Si el bueno de Hayek –por citar a un liberal moderado– pudiese observar la gestión del PP allí donde gobierna o ha gobernado, se le pondrían los pelos de punta. Ser liberal no es obligatorio: si uno no lo es o no tiene arrestos para ser consecuente con sus postulados, que lo diga. Que no pasa nada. No se va a condenar. En España no hay ninguna opción política liberal, ni nada que se le parezca. Absurdo, pues, optar por un partido u otro en base a esta premisa.
Dicen de ella que es ambiciosa, una política profesional. Manda huevos. ¿Y el resto qué? Rajoy lleva más de 30 años en política. Zapatero lo mismo. Es raro encontrar un presidente autonómico que esté en el cargo menos de diez años. Después, jubilación dorada en el Senado o en Bruselas. Y ahora resulta que el problema de Díez es ése.
Dicen de ella que ha cambiado de ideas. Que antes defendía una cosa y ahora está en otra. Como si eso fuera necesariamente malo. Léanse el libro de Somalo y Noya y dejen de decir bobadas.
Dicen de ella que es abortista. Ocho años de Gobierno Aznar: crecimiento exponencial del número de abortos. ¿Qué hicieron? Nada. Ah sí, ahora votaron en contra de la nueva ley. UPyD también.
Dicen de ella que es una peligrosa laicista. Por defender la separación real entre Iglesia y Estado. Y luego presumen de liberales... Leo en el decálogo para una reforma de César Vidal, punto 10: "Separación real de Iglesia y Estado impidiendo a éste la regulación e intromisión en asuntos relacionados con las confesiones religiosas". Otro agresivo laicista, como todo el mundo sabe.
Dicen de ella que es autoritaria dirigiendo su partido. Probablemente. No milito ni pienso, no puedo saberlo con certeza. Ahora, no me parece una tragedia que en el partido de Rosa Díez mande Rosa Díez. UPyD es el único partido que elegirá a sus candidatos por primarias. Igualito que los congresos búlgaros del PP.
Dicen de ella que no es de fíar. Que cuando toque poder traicionará los principios que ahora defiende. Veremos, imposible saberlo todavía. Sí sabemos quién lo hace cada día, lo de traicionar principios: precisamente el PP.
¡Cuánta hipocresía! De las otras cosas que defiende, las más importantes –no hace falta que las recuerde– no dicen nada. ¿Por qué será?