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Rafael Tamames

El gran reto de la privacidad

No creo que sea necesario un regulador para proteger la privacidad, que además siempre actúa tarde y mal, por lo menos no uno tal y como está planteado. La privacidad nos preocupa a muchos, pero delegar la preocupación no parece lo más sensato.

Hace unos meses publiqué en mi columna mensual de OME news, un medio del sector de internet, la columna La privacidad y los ciudadadanos. Estaba centrada en el debate abierto sobre la privacidad de los datos que se maneja en las nuevas redes sociales (Facebook, MySpace, Bebo, etc.). Para mi es uno de los grandes retos para el sector de internet en estos años, ya que las redes sociales que están teniendo más éxito, como Facebook y Linkedin, son las redes que cuentan con más datos reales de los usuarios, a diferencia de otras como MySpace.

Facebook está creciendo de forma espectacular, y también sube la cantidad de datos que incorpora cada usuario, ya no sólo datos como sexo o edad sino también de orientación política y religiosa. Existen herramientas como Socialistics, que permiten a un usuario hacer un grafo social de los amigos que tiene, pero que además permite a empresas que desarrollen aplicaciones en esta red e incorporen la versión para empresas de Socialistics conocer toda la información de los perfiles de los usuarios que agreguen esas aplicaciones. Las empresas tienen así al alcance de la mano los datos que se cansan de obtener de encuestas y estudios que en la mayoría de los casos son bastante cuestionables.

Las propias redes también se encargan de explotar estos datos, como Facebook, con una versión de sus Facebook Ads (Beacon), que son anuncios basados en mostrar anuncios relacionados con las actividades de consumo de los contactos que uno tiene en esta red. En cuanto salió al mercado esta modalidad de anuncios gran cantidad de usuarios de la red mostró su rechazo, más de 50.000 protestaron y ahora Facebook pedirá permiso antes de enviar estos "anuncios sociales".

El ejemplo de Facebook demuestra que las empresas y sus clientes se bastan para tratar aspectos relacionados con la privacidad, pero los gobiernos, siempre los gobiernos, dicen que está entre sus objetivos proteger la privacidad de los ciudadanos. No creo que sea necesario un regulador para ello, que además siempre actúa tarde y mal, por lo menos no un regulador tal y como está planteado. La privacidad nos preocupa a muchos, pero delegar la preocupación no parece lo más sensato.

© AIPE

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