Como ya comenté en un artículo anterior, Google está poniendo todo su empeño para que su sistema operativo para móviles, Android, sea un éxito. Que Android sea una plataforma libre donde cualquiera puede desarrollar aplicaciones debería abrirle mucho el camino, pero por ahora no está siendo así. Google está sintiendo en sus carnes unas barreras de entrada que no encontró cuando comenzó a competir con otros buscadores. En el mercado de la telefonía móvil las operadoras y los fabricantes de móviles tienen mucho que decir en el desarrollo futuro del sector y tienen miedo a que Google cobre el mismo peso que tiene en internet.
Marcas como Nokia y Blackberry no quieren ver sustituidos sus actuales sistemas operativos por Android y pelean junto con otras para que el sistema de Google se instale de serie en la menor cantidad de terminales posibles. Microsoft también está en esa batalla, pero ya ha visto que la compañía HTC, que tradicionalmente instalaba de serie su sistema operativo Windows Mobile, va a instalar, cuando esté listo, el sistema operativo de Google. Los sistemas operativos, como ha demostrado el iPhone de Apple, son fundamentales para el desarrollo de una internet móvil real, y los fabricantes y operadoras saben que en estos momentos alrededor de los mismos se está decidiendo el reparto del mercado para los próximos años.
Todo parece indicar que mientras Google está sudando como nunca para sacar adelante este producto, otros fabricantes como Blackberry o Apple están mejorando sus respectivos sistemas, y Microsoft todavía no da su brazo a torcer. Vivimos un momento apasionante en este sector, donde en los próximos meses veremos cómo un mercado competitivo nos ofrece más y mejores soluciones a los usuarios.