He dicho que un perturbado como Rodríguez no se iba a marchar del poder sin cometer aún unas cuantas fechorías y dejarnos el rastro de su miseria: de momento la legalización y triunfo de la ETA, con la que guarda tanta afinidad ideológica (socialista, antifranquista, etc.) y el ataque al Valle de los Caídos. Tal como el Gobierno colaborador y hasta chivato de la ETA, esto es, delincuente y encarcelable, comisionó a Peces Barba para silenciar y desacreditar a las víctimas del terrorismo, ahora ha montado una comisión de bellacos contra el Valle de los Caídos.
El Valle de los Caídos "es una maravilla", como ha reconocido Preston: quizá el monumento más logrado en su género del siglo XX en cualquier país del mundo. Fue construido primero para conmemorar la victoria del bando nacional y más tarde la reconciliación, al depositar allí restos de combatientes de los dos bandos. Esa reconciliación fue plenamente lograda, para la inmensa mayoría de la población, durante el franquismo, aunque persistiese una minoría ferozmente irreconciliable: terroristas, comunistas y simpatizantes de ambos.
Lo más repugnante es el lenguaje empleado por los bellacos: afirman que el Valle "es todavía un lugar controvertido en la conciencia de los españoles". Son ellos, los irreconciliables, quienes lo "controvierten", precisamente con un "Himalaya de mentiras", como decía Besteiro, enconando los odios con palabras de apariencia razonable. Invocan la totalitaria y antidemocrática "ley de memoria histórica", que presenta a los chekistas y etarras como víctimas, soborna a los familiares con "indemnizaciones" a cargo de todos nosotros y prohíbe lo que llama "exaltación del franquismo", es decir, del régimen del cual no solo procede el monumento, sino también la prosperidad, la democracia y la paz que aún dura, logradas contra los terroristas, comunistas, socialistas y demás irreconciliables talibanes. Dicen que buscan "honrar y rehabilitar la memoria de todas las personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil y de la represión política que siguió". ¿A quién pueden honrar y rehabilitar unos colaboradores de la ETA? ¿Y cómo puede honrarse a las víctimas equiparándolas a los chekistas y asesinos? Hablan de "fomentar las aspiraciones de reconciliación y convivencia". Esas aspiraciones estaban plenamente logradas y el Gobierno delincuente las está arruinando, precisamente. Su desvergüenza y cinismo alcanzan cotas increíbles.
Y menciona una recomendación del Consejo de Europa para que en el Valle de los Caídos se explique cómo fue construido por prisioneros republicanos. Eso no se puede explicar, porque es falso. Solo se puede mentir sobre ello.
Con toda su miseria, esta demagogia delictiva ofrece una excelente oportunidad para que las personas honradas del país clarifiquen "la conciencia de los españoles" y europeos difundiendo la verdad. Tiene que salirles el tiro por la culata. La reacción no debe limitarse a la de los descerebrados de Sol.