1.- El asalto a la capilla de la Complutense entra en una larga tradición izquierdista de agresiones, provocaciones y ataques al cristianismo, culminadas durante la guerra civil en un auténtico genocidio, sobre el que las izquierdas nunca han expresado el menor remordimiento. Tradición auténticamente criminal.
2.- Ese anticristianismo es el único punto en que estaban de acuerdo las izquierdas. En lo demás se odiaban hasta masacrarse entre ellas. Y refleja una estupidez hija de la ausencia de pensamiento. Léase a Azaña o a Marañón sobre tales lumbreras.
3.- La provocación de la Complutense se inscribe en una política alentada por el gobierno pro terrorista, manifiesta en crecientes agresiones, amenazas e injurias de la izquierda hacia la Iglesia (y de promoción del islamismo), en un grado desconocido desde la Guerra Civil. "Educación ciudadana", creo que le llaman.
4.- El odio al cristianismo es el odio al fundamento más antiguo y consistente de la cultura occidental, por lo que no extrañará que vaya unido a una simpatía por regímenes totalitarios y movimientos radicales o terroristas.
5.- El asalto de la Complutense no se entiende sin la prolongada complicidad de las autoridades –empezando por el rector, que considera a Garzón "ejemplo de integridad y honestidad": como él mismo, claro– con los grupos extremistas que, acordes con su naturaleza, están convirtiendo la universidad en un vertedero.
6.- Tal como en el caso de la quema de conventos de 1931 —de gravedad mucho mayor, pero en la misma orientación— los agredidos han demostrado una pasividad boyuna en la defensa de sus derechos. Cuando los agresores están protegidos de hecho por las autoridades, estas dejan de serlo y existe la legítima defensa.
7.-Llama la atención que los agresores fueran en su mayoría chicas que se consideran "liberadas", entendiendo por "liberación" la promoción del aborto, del lesbianismo y la brutalización, más que la trivialización, del sexo.
8.- La afición de esas pobres diablos a desnudarse no puede retratarlas mejor. Son lo que demuestran ser. Puede aplicárseles en otro sentido la frase de Groucho Marx: "Parecen idiotas y hablan como idiotas, pero no se confunda usted: son idiotas".
9.- Cabe destacar también la inhibición de un estudiantado botellonero, incapaz de entender lo que es la libertad y la democracia, y por tanto de defenderlas.