Cuenta Aquilino Duque en su blog vinamarina:
Por entonces se conmemoró el medio siglo del nacimiento de Miguel Hernández, y en los versos que le dediqué, me dejé llevar por la retórica al uso y hablé de "la hermosa libertad por que diste la vida". El maestro Luis Rosales leyó el poema, lo rumió bien y me dijo que la libertad por la que dio la vida Miguel era la libertad de que entonces se disfrutaba en Rusia.
Cierto que no dio su vida por ninguna libertad, pero también era mucho más un engañado que un engañador, es decir, no tuvo nada de trolero subvencionado como los que ahora proliferan por el país.
Así, leo en La Voz de Asturias (pobre Asturias si sólo tuviera esa voz) un reportaje hagiográfico sobre un acto de homenaje a Cristino García, un miembro del maquis, que vino a España a tratar de reavivar la guerra civil cuando todo parecía propicio, al terminar la guerra mundial. García había sido un héroe de la resistencia francesa, pero era también un stalinista y como los demás, muy dispuesto a asesinar cuanto creyeran necesario para alcanzar su "paraíso". En España tuvo menos suerte que frente a los alemanes, fue capturado y fusilado, a pesar de la enorme campaña que en su favor, y desvirtuando lo que era el maquis, le dedicaron no solo los comunistas –nada mejor que los nazis– de toda Europa, sino también los gobiernos más o menos progresistas. En Años de hierro cuento algo de ello. Una frase antológica del reportaje mencionado lo resume todo: "La trayectoria del guerrillero comunista es un ejemplo a seguir por quienes defienden la libertad". La libertad a la stalinista, ya se entiende. El homenaje lo cerró el jefazo de la Federación Socialista Asturiana, Javier Fernández, quien aseguró que "el olvido es malo", y en eso tiene toda la razón. Es preciso recordar para no volver a caer en manos de engañadores profesionales como este Fernández o La Voz de Asturias (¡qué pretensiones!).
Significativo que fuera el jefe socialista quien hiciese este trabajito de "memoria histórica", cuando el PSOE se mantuvo por completo ajeno al maquis y a lo que representaba entonces el Partido Comunista, contra el cual vomitaba Prieto mil improperios después de su experiencia en la guerra civil (y de haber birlado a Negrín el tesoro del Vita, robado a su vez a los españoles). ¡El olvido es malo, señor Fernández, y debiera recordar usted estas cosas! Y durante el franquismo, el PSOE no hizo prácticamente nada reseñable, pero uno de los jefes principales de la UGT, a quien se llamó "el amo de Asturias" durante años después de la transición, José Ángel Fernández Villa, fue, según el documentado libro de Gómez Fouz Clandestinos, confidente de la policía de Franco. Cuando el libro se publicó, Fernández amenazó a Gómez Fouz con una querella, que por supuesto no interpuso. Conviene recordar que diversos líderes socialistas y comunistas exigieron por aquellos años la destrucción de los archivos de la policía franquista, en nombre, cómo no, de la democracia.
Y ahora tenemos a otro héroe de los neochekistas que, repito, no son idealistas, personas honradas engañadas al estilo de Miguel Hernández, sino plenamente conscientes de su "Himalaya de mentiras", como lo llamó Besteiro. Me refiero a Fernando Macarro, también conocido por Marcos Ana, autor de varios asesinatos durante la guerra civil, condenado a prisión por ello y que se convirtió en poeta oficial u oficioso del PCE, aunque muchos comunistas se reían de sus poesías. Macarro nunca reflexionó ni cambió de idea ni expresó el menor sentimiento por lo que él y los suyos habían hecho, ni le dijo nada la experiencia archiconocida de la URSS y sus genocidios, ni la caída del muro de Berlín. Él siguió siendo en todo caso un comunista –nada mejor que un nazi–, ¡y he aquí que los políticos socialistas del rojo Rodríguez se desviven por festejar y premiar al hombre! Cómo podría ser de otro modo: tales son sus héroes. Corbacho le ha dado la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, se ve que los dos son grandes trabajadores; Pachi López le entregó un premio de Derechos Humanos, lo cual tampoco puede extrañar en una región cuyo parlamento o charlamento tuvo a Josu Ternera como defensor de los derechos ídem. Y ha recibido otros premios y homenajes. He aquí los derechos humanos y la libertad, según la "memoria histórica" neochekista.
La osadía de estos apóstoles del embuste totalitario no tiene límites. Han llegado a proponer al "poeta" Macarro para el premio Príncipe de Asturias... ¡de la Concordia! Avalado, también, por el PP de Rajoy. Realmente, pocas cosas pueden exhibir más al desnudo la descomposición de la democracia a manos de estos politicastros. Creo que no consiguió el premio, pero lo ideal sería que, efectivamente, lo hubiera recibido. Para hacer más evidente la podredumbre monipodiesca en que vive el país.