Lo de Chiclana de la Frontera, no tiene nombre. No es que haya una vivienda irregular, ni dos. Ni siquiera hay mil. Ni cinco mil. Tampoco diez mil, como denunció Greenpeace. Es que puede haber alrededor de 30.000 viviendas irregulares (incluso de 40.000 hablan en el Ayuntamiento) en esta población gaditana cuyos alcaldes han sido todos socialistas desde 1983 a 2007. El último, José María Román Guerrero, del clan dirigente del PSOE de Cádiz íntimamente unido a Manuel Chaves y al clan de Alcalá desde hace treinta años y hermano del no menos famoso Rafael Román Guerrero, alias "franquito", candidato socialista a la alcaldía de Cádiz capital, un candidato vapuleado una y otra vez por las urnas gaditas que, al parecer, no son nada tontas.
Pues bien, muchas denuncias han sido presentadas, algunas de escándalos clamorosos con empresarios de por medio como Barceló y Portillo, amigo de Manuel Chaves e íntimo amigo de Francisco Toscano, alcalde socialista de Dos Hermanas y presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. Pero, ¿dónde está la Fiscalía de Cádiz? ¿Y la Fiscalía Anticorrupción? ¿Y la Guardia Civil especializada en delitos urbanísticos? Ah, señores, es que en Cádiz y en Andalucía, todo es un cachondeo, la justicia incluida. Incluido Pedro Pacheco y ahora verán por qué.
En las pasadas elecciones de 2007, una coalición formada por el PP, la parte decente de IU y el PSA logró derrotar al PSOE que había gobernado Chiclana durante casi 28 años y que fue el único responsable del desaguisado brutal del urbanismo en la ciudad. Chiclana no es que sea como Marbella. Es que es mucho peor que lo de Marbella y lo de Estepona donde la responsabilidad socialista en la corrupción urbanística quedaba entreverada por la aparición del GIL y de Jesús Gil. Pero en Chiclana no ha habido ningún Gil. Ha habido PSOE, clanes del PSOE, amigos, amiguetes y amigotes del PSOE y dinero negro, vivienda negra y manos negras.
¿Qué ocurre ahora en Chiclana de la Frontera? Pues que esa frontera está situada entre la decencia y la inmoralidad, entre la justicia y el cachondeo, entre la verdad y los sepultureros de la honradez privada y pública. A la vista de que el actual equipo de Gobierno, singularmente PP e IU, se han manifestado valientemente dispuestos a tirar de la manta que encubre la corrupción socialista, la dirección andaluza del PSOE que llevan al alimón Manuel Chaves y Luis Pizarro, se han puesto las pilas para impedir que la verdad salga a la luz. Para ello, han conquistado el "amor", y seguramente, el interés de Pedro Pacheco, mandamás del Partido Socialista de Andalucía que, abandonando la coalición, deja a los pies de los caballos de la moción de censura al equipo de Gobierno. No es de extrañar que el clan de los Román Guerrero esté frotándose las manos porque uno de ellos, de nuevo José María Román, vuelve a ser el alcalde de Chiclana y pueda tapar todos los agujeros por donde sale la luz de su Ayuntamiento. Esto no pudieron hacerlo en Marbella aunque han logrado hacerlo también en Estepona: controlar los daños.
Pero, ¿y las Fiscalías? ¿Y los jueces de Chiclana? ¿Y el resto de los jueces de Cádiz? La tela de araña del PSOE gaditano, en el que se fraguó la figura de Manuel Chaves, es inmensa, mas inmensa que la del resto de Andalucía y otras regiones de España. En Cádiz, con no pocos dirigentes socialistas chiclaneros de ayudantes, Chaves no pagó el ya famoso préstamo de la Caja de Jerez. En Cádiz, floreció el clan de Alcalá Chiclana que le aupó a la dirección regional y en Cádiz hizo gran parte de su carrera política como candidato al Congreso de los Diputados. Y uno tiene derecho a preguntarse: ¿Cómo es que la Justicia, fiscales y jueces, no intervienen cuando hay decenas de denuncias ante la Fiscalía? ¿Cómo es que ante la evidencia de miles de viviendas irregulares desde 1983 no ha habido ninguna instancia judicial que haya promovido una investigación como la de Marbella o Estepona? ¿Cómo es posible si hasta el más tonto del lugar habla del dinero negro circulante y de los "sobre-cogedores" conseguidores de milagrosas licencias, incluso con informes técnicos en contra?
Lo diré en cristiano total. ¿Acaso alguien tiene algún interés en que la Justicia no actúe antes de que tenga efecto la moción de censura que ya ha anunciado el PSOE presentará esta misma semana? ¿Acaso se está esperando que echen del Gobierno municipal al PP y a la parte decente de IU que prefiere la verdad y la justicia a las componendas políticas corruptas? ¿Es que va a consentirse que se entierre todo el caso Chiclana una vez que el nuevo alcalde socialista haya tomado posesión y empiecen a perderse pruebas, documentos y expedientes? Hay precedentes. Un poco antes de que el PP e IU comenzasen a gobernar, miles de expedientes de irregularidades fueron neutralizados administrativamente por el antiguo equipo al frente del Ayuntamiento.
El caso Chiclana es tan grave o más porque es un ejemplo evidente de irregularidades urbanísticas a mansalva, donde un solo y único partido es responsable de la situación y donde la alarma social proviene no sólo de los hechos consumados y denunciados sino de la envergadura política de muchos de los que se sabe están implicados (y de los que se sabrían si la Justicia hiciera lo que tiene que hacer). Pero no. Silencio. Mutis por el foro y por el morro. De hecho y en la práctica, abandono de funciones y quién sabe qué cosas más. Decimos los andaluces con esperanza que "al final tó se sabe". Sí, pero a veces se sabe demasiado tarde.
Pedro de Tena
Vergüenza política y judicial
El caso Chiclana es tan grave o más porque es un ejemplo evidente de irregularidades urbanísticas a mansalva, donde un solo y único partido, el PSOE, es responsable de la situación.
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