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Pablo Planas

Cacería de 'anticatalanes' en Twitter

En Cataluña no insulta quien quiere, sino quien puede, pero en sentido literal.

En Cataluña no insulta quien quiere, sino quien puede, pero en sentido literal.

La prensa de Barcelona y TV3 anunciaban este lunes la aparición de un nuevo libro sobre la figura de Artur Mas. "Van a por mí. Ahora soy un personaje odiado en Madrid", se lamenta el president en un volumen que se habría puesto ya a la venta, según los diarios. Después de recorrer tres librerías del centro de Barcelona desistí de su búsqueda. En los establecimientos visitados no había llegado todavía ningún ejemplar y ya no me veía con el coraje suficiente para repetir por cuarta vez el título de la cosa: Servir Catalunya. Artur Mas, l'home, el politic, el pensador.

A pesar del creciente respeto que se le profesa, la irrupción en una librería a primera hora de la mañana de un individuo preguntando por un libro en el que se califica a Mas de "pensador" era motivo de perplejidad y hasta de risas por lo bajini entre los dependientes. Algunos libreros, lo más jóvenes e inexpertos, atienden con unos aires que convierten al interesado comprador en una piltrafilla de pequeño saltamontes. Y más si lo que vas buscando es un libro en el que al lado del apellido Mas figura el término "pensador". El periodismo no está tan bien pagado como para pasarse toda la mañana de un lunes haciendo el ridículo por las librerías de Barcelona. Pero el libro existe y lleva ese título. Prometo conseguirlo.

Entre tanto nos tendremos que conformar con el avance de contenidos de los diarios, cuatro frases y entre ellas la predicción de que Cataluña "tendrá jugársela no más tarde del 2016". Contra pronóstico, Mas cree ahora que las prisas no son buenas, descarta la declaración unilateral de independencia y aplaza dos años la resolución del "conflicto". Sus acólitos, en cambio, insisten en que habrá referéndum en 2014. Si hoy es martes, el president estaría por el plan de agotar la legislatura, esperar un descalabro de los grandes partidos en las generales de 2015 y plantear las autonómicas del año siguiente como un plebiscito. Mañana, a saber, porque la política catalana es un trastorno bipolar.

La cuestión es que se siente odiado, cosa de la que nos enteramos pocas horas después de la última noche de los cristales rotos en la sede de Ciudadanos en Barcelona. Los ataques contra las instalaciones de los partidos no independentistas son recurrentes, tanto que ya sólo rascan breves en la prensa y, como mucho, una fotografía. Lo que también es recurrente es el insulto. Mas se siente odiado de la misma manera que hay políticos y periodistas que, se sientan o no odiados, son directamente insultados, a cara descubierta. Pilar Rahola, columnista de La Vanguardia y tertuliana, ha tachado a Pere Navarro de "tonto útil del españolismo" en respuesta a una entrevista del dirigente socialista en El Mundo. En ese diario, Navarro aseguraba que el PSC no era el tonto útil del nacionalismo, pero que CiU -nadie en concreto, sino la formación nacionalista- sí era el tonto útil de ERC. "Tiene razón -sostenía Rahola en Twitter-, Navarro es el tonto útil del españolismo". No es raro que los tertulianos insulten a los políticos o a quien se les ponga por delante, pero en general se trata de otra retórica, un poco más elaborada que la del "tonto tú".

Tampoco sorprende ya que se insulte a determinados periodistas. Es curioso (o no), pero la práctica está más extendida entre los partidarios del último informe del CAC que entre sus detractores, a los que el nacionalismo identifica como "enemigos de Cataluña". Gregorio Morán es uno de los más significados y diana habitual de las ofensas en modo barra libre. En su último artículo de La Vanguardia, el pasado sábado, le dio por decir lo siguiente: "¿Quien hubiera podido decir que el viejo mercado del Born, que yo llegué a conocer, se convertiría en una especie de Valle de los Caídos de una generación instalada ya en la autoestima?". (El Borne es ahora un centro cultural que exhibe las supuestas ruinas del sitio de 1714). La osadía de Morán fue comentada, también en Twitter, por dos insignes colaboradores del mismo diario. Xavier Antich, firma habitual del suplemento cultural, emitió un trino en el que se preguntaba si comparar el Borne con el Valle de los Caídos era "analfabetismo, imbecilidad, mala leche y/o demencia senil". Otra firma habitual del mismo periódico, Francesc-Marc Álvaro, era más concreto en su tuit:

S'ha de ser molt miserable, indocumentat i rabiós per comparar el Born rehabilitat amb el Valle de los Caídos. Ho fa G. Morán avui a LV.

Como lo del título del libro sobre el "pensador" Mas, el señalamiento, con nombres y apellidos, no necesita traducción.

No consta que Rahola, Antich y Álvaro presten sus servicios en el CAC, pero dada su capacidad para señalar y calificar a disidentes como Navarro y Morán -tan alejados uno del otro, por cierto-, serían unos magníficos colaboradores en el cribado mediático de ofensas a la patria. No es un insulto, antes al contrario. Se trata de un elogio, dado que la clase periodística catalana ha aplaudido el informe en cuestión hasta romperse las manos. Y es que en Cataluña no insulta quien quiere, sino quien puede, pero en sentido literal. Unos pocos están sujetos al régimen ético del CAC. Los de Mas pueden decir lo que quieran.

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