Querida Ketty:
No te vayas a pensar que sólo los tuyos tienen problemas, sólo faltaba. No hay dirigente del PP que en privado no admita que en el País Vasco los resultados han sido desastrosos y que hay que hacer un análisis serio. "Nuestra explicación es que la gente se ha defendido de Bildu votando al PNV y eso es una cagada, ya que significa que nosotros hemos dejado de ser el voto defensivo frente a Batasuna", ponía en evidencia un miembro de la dirección nacional. "Tenemos que pensar mucho en ello", se repiten.
Los datos en Álava y en Vizcaya, con mucho voto que podría ser del PP, son demoledores. Pero ¿qué hacer?, ¿hacia dónde ir? Rajoy quiere que Antonio se haga cargo por el momento. No quiere otra crisis. El presidente cree que Basagoiti no se lo merece, que es un buen hombre y que ha hecho todo lo buenamente posible. En esto coinciden casi todos en Génova. Y de ahí que en el Comité Ejecutivo del lunes se le aplaudiera a rabiar, más incluso que a Feijóo. "Está mal, cómo va a estar". Pero esto no significa su adiós, añaden. Dejará el liderazgo del PP vasco, pero tiene las puertas abiertas de Madrid. No son pocos los que piden que sustituya a Fernández Díaz en Interior; en la práctica le ha dado más de un consejo ante sus constantes meteduras de pata.
Lo que ocurra a partir de ahora en el País Vasco no es el único miedo que afecta a los míos. Te escribo desde Barcelona, así que ya sabrás por dónde van los tiros. En el PP hablan –lo hizo Alicia Sánchez Camacho en el Comité, a puerta cerrada– de que podrían ser segunda fuerza política en la Cámara. Si bien es la apuesta más optimista. Y, además, no es la principal batalla: "CiU no puede lograr mayoría absoluta".
Para evitar una aplastante mayoría absoluta del nacionalismo y que la soflama independentista vaya a más, Rajoy ya ha diseñado –con la ayuda de su gurú, Pedro Arriola– una estrategia en la que una palabra predomina: "Moderación". Y de ahí todas las que te puedas imaginar: diálogo, consenso, sosiego... Se repiten sin cesar en la Interparlamentaria del PP que se celebra en la ciudad condal.
En fin, querida mía, que otra vez estamos de elecciones. Con el runrún de si rescate va, rescate viene, pero otra vez pidiendo el voto.
Muchos besos,
Pablo.