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Pablo Montesinos

Bárcenas "va a por Cospedal"

Algunos aseguran que el extesorero, quién fuera hombre de confianza hasta 2009, se está "volviendo loco".

Querida Ketty:

Se cumple un mes desde que El País publicara los papales de Bárcenas y la crisis estallara en el PP. "Cabeza fría. Un paso atrás, y cabeza fría", se recomiendan tras cuatro semanas de tensión permanente. En el marco de una conversación distendida, más de un alto cargo del Gobierno y el partido admiten que están al límite en todos los sentidos. "No podemos más. ¿Sabes la rabia que da que un trabajo tan potente como las 50 medidas aprobadas el pasado Consejo de Ministros del día 22 hayan pasado prácticamente desapercibidas?".

El viernes se convirtió en el perfecto ejemplo de que la situación se ha vuelto disparatada. "¿Pero qué está pasando?", lanzó al aire una fuente habitual. El otrora don Luis volvía a los tribunales para denunciar, por segunda vez en una semana, al PP por el robo de dos ordenadores, previa entrada sin consentimiento en su "despacho" de la sede popular. "¡Pero si no tiene despacho! Es la sala Andalucía, en la que tenía varias cajas apiladas", se contestaba con cierta amargura. "¿Por qué no vamos a entrar en una sala que está en nuestro edificio?".

El enredo fue a más. Por la tarde, se habló de que la Policía había entrado en Génova13 y que estaba tomando huellas. Finalmente, los agentes se habían personado para notificar la denuncia interpuesta. "¡Cabeza fría!", insistían, para responder al "esperpento" generado.

En el PP dicen estar seguros de que Bárcenas "va a por Cospedal". Su propio entorno lo cree, a la vista de los últimos acontecimientos. "Va a por ella porque sabe que su chantaje no va a servir de nada", en opinión de un diputado afín. Algunos aseguran que el extesorero, quién fuera hombre de confianza hasta 2009, se está "volviendo loco" al darse cuenta de que las puertas de Génova13, su antigua casa, están cerradas a cal y canto. Ya prácticamente nadie, ni sus antiguos amigos en la Gerencia y en la tesorería, le cogen el teléfono. Mucho menos quienes tienen responsabilidades públicas.

Por lo menos, insisten en público y en privado, el PP y Bárcenas se encuentran "donde tienen que estar, que es enfrentados en los tribunales de Justicia". Y esto ya es un punto de inflexión. "Esto es un intento de chantaje, y hasta ahora no lo habíamos llamado por su nombre". Si bien, en los pasillos del Congreso, se pide más a su cúpula: "Hay que dejar ya esa teoría de que no pasa nada. El caso nos está haciendo un daño muy grande. La gente está enfadada, cabreada, por los ajustes y la crisis, y el partido del Gobierno está dando una imagen deplorable. A ojos de la gente, somos unos chorizos", argumentaba un diputado.

En esas charlas distendidas de las que te hablo muchos se refieren a la pérdida de confianza de sus propias bases. "Me refiero al grupo de amigos de toda la vida, votantes del PP siempre. Hoy ya no lo tienen tan claro", coinciden. Existe verdadera alarma a la pérdida de apoyo ciudadano, principalmente entre las baronías. "Tenemos que recuperar ya la iniciativa. Lo que pasa en Madrid nos arrastra a todos", en voz de un presidente autonómico.

Previsiblemente, el lunes estarán encima de la mesa las medidas judiciales. A pesar de los titulares generados, prácticamente nadie en el PP apostaba porque el presidente fuera a querellarse contra "don Luis". Él siempre ha llevado por bandera que nunca ha acudido a los tribunales contra nadie, y quiere mantener esta máxima. Además, "está representado en la acción judicial del PP". La próxima semana, Rajoy vuelve a tener una agenda pública muy reducida, en la que únicamente destaca su participación en la sesión de control en el Senado -martes-.

Un lío morrocotudo que, en todo caso, no tiene visos de que esté llegando a su fin, para alegría de los tuyos, que por tus crónicas de esta semana no es que anden tampoco muy allá.

Esperando noticias de la casa socialista, besos, Pablo.

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