Este sábado, a las cinco de la tarde, habrá cientos de miles de personas decentes en las calles de Madrid manifestándose en contra de la ley de ampliación del aborto, redactada por Zapatero y su Gabinete, y a favor del derecho a la vida. Por supuesto que ni el presidente del Gobierno ni su ministra de Igualdad se darán por aludidos, pero eso no significa que la concentración ciudadana carezca de utilidad. Antes al contrario, desaparecido el partido de la oposición en los asuntos polémicos como éste, se hace más necesario que nunca un gesto de la sociedad civil para decirle a Zapatero que no aceptamos imposiciones de tal gravedad sin, al menos, manifestar nuestro firme rechazo en la calle.
La reforma de la ley del aborto, llamada eufemísticamente de "salud reproductiva", además de un atentado contra la vida humana constituye un ejemplo perfecto de la doble vara de medir del socialismo cuando se trata de "velar" por nuestro bienestar.
Una de las razones esgrimidas por la ministra para justificar la redacción de esta ley es el número creciente de abortos que se producen en España, situación que los socialistas consideran inaceptable y razón por la cual estiman conveniente facilitar más aún el acceso a este servicio mortuorio con cargo a la Seguridad Social. Sin embargo, cuando se trata de reducir el número de fumadores el Gobierno hace todo lo contrario, restringir al máximo el derecho de los ciudadanos a ejercer nuestro derecho a fumar. Por otro lado, si un político propusiera rebajar la edad para comprar tabaco hasta los dieciséis años la tormenta mediática lo fulminaría de inmediato, pero tratándose del aborto todos nos felicitamos de que también las niñas puedan ejercer ese "derecho" a cuidar su "salud reproductiva" sin consentimiento de sus padres, no sea que la hagan cambiar de opinión.
Esta reforma legal no va a reducir el número de abortos practicados en España sino que lo previsible es que se dispare de forma exponencial, que por otra parte es lo que corresponde a una sociedad tan exenta de resortes morales como la nuestra. Más de cien mil seres humanos son asesinados anualmente en el seno materno de la forma más cruel entre el aplauso de la izquierda, que considera esta salvajada un excelente vehículo para caminar por la senda del progreso iniciada tras la llegada de Zapatero al poder.
No sabemos si la manifestación de este sábado será o no un éxito, pero si al día siguiente los medios afectos al PSOE acusan a los curas y la derechona de haber organizado esta revuelta pacífica contra una decisión legal del Ejecutivo, podremos estar seguros de que el Gobierno, con ZP a la cabeza, ha acusado el rejonazo. Al menos esa satisfacción no nos la va a quitar nadie.