Las finanzas personales de los dirigentes de Pablemos presentan un aspecto más que boyante, que es lo que suele ocurrir con los líderes políticos y mediáticos dedicados a tiempo completo a destruir el capitalismo. No pasa nada; de hecho es encomiable que en este país de países los referentes políticos sean emprendedores de éxito como los mandatarios de Pablemos, el partido de moda entre los votantes que más tienen que perder en caso de que alguna vez llegue al poder.
Monedero, Errejón e Iglesias ingresan unas cantidades mensuales que exceden en varias veces el salario medio del votante español. Tania Sánchez, todavía lideresa de IU, con la que Iglesias mantiene una "relacioncita" (Tania dixit), goza también de un bien pasar -como corresponde a un dirigente público con responsabilidades políticas-, del que también disfruta su familia, gracias a los contratos que el ayuntamiento de la que es concejal ha venido suscribiendo a sus espaldas. Total, que los jefes del movimiento surgido para acabar con la casta y "el candado del 78" viven igual de bien que esa casta gracias precisamente al sistema que quieren destruir.
Ahora bien, el caso más loable es el de Juan Carlos Monedero, un empresario de éxito, capaz de facturar con una empresa sin empleados casi medio millón de euros en un tiempo récord. Bien es verdad que los ingresos de la corporación fundada por el ideólogo de Pablemos proceden del dinero público que los países bolivarianos le han abonado por sus trabajos de asesoría, pero con semejante facilidad para los negocios no es descartable que pudiera también batir récords de rentabilidad al frente de cualquier empresa del Ibex 35.
Monedero es tan partidario de la iniciativa privada que ha utilizado una empresa para cobrar por tareas que ha realizado él personalmente, asumiendo el riesgo de que haya quien lo pueda acusar de haber utilizado una sociedad pantalla para pagar menos impuestos. Con emprendedores de este nivel en la dirigencia, no puede extrañar que Pablemos cuente con florecientes círculos de autónomos y pymes.