La ONU, esa organización destinada a preservar la paz y extender el respeto a los derechos humanos en todo el mundo, tiene a las peores dictaduras en sus organismos más significativos. Así, en el panel de miembros del Comité de Derechos Humanos, junto a Estados Unidos, Alemania o el Reino Unido, encontramos a Estados como el venezolano. Sobra cualquier comentario.
El pasado fin de semana la ONU volvió a dar argumentos a sus detractores con la elección de Arabia Saudí para la organización sectorial que pretende, según sus principios fundacionales, "la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer". Se trata de la Comisión sobre el Estatus Jurídico y Social de la Mujer, órgano creado en 1946 que pretende desempeñar "una labor crucial en la promoción de los derechos de la mujer".
La elección de Arabia Saudí ha provocado un gran revuelo internacional. No puede olvidarse que la monarquía saudí es uno de los regímenes con mayores restricciones a la libertad de las mujeres, de ahí que figure en el puesto 141 en la clasificación anual del Foro Económico Mundial que valora la igualdad entre los sexos en los distintos países, solo por delante de Siria, Pakistán y el Yemen.
Las mujeres saudíes son tratadas durante toda su vida como menores de edad. Si quieren estudiar pasada la pubertad, ejercer una profesión, obtener un pasaporte o montar un negocio, necesitan el permiso del padre o el marido. Por supuesto, no pueden casarse si no es con la autorización previa del varón que ejerce la tutela familiar, ni salir a la calle a pasear si no es convenientemente acompañada de un miembro masculino de su familia. Tampoco pueden conducir, y a la que mantenga relaciones sexuales fuera del matrimonio le espera una muerte cruel.
La organización UN Watch, radicada en Ginebra y dedicada a analizar las decisiones de la ONU, ha sido la más tajante a la hora de censurar la elección de Arabia Saudí para ese organismo internacional. Su director ejecutivo, Hillel Neuer, ha afirmado de manera muy gráfica que poner a los saudíes a promocionar la igualdad de género es "como nombrar a un pirómano jefe del cuartel de bomberos", y tachado de "absurda" y de "moralmente rechazable" dicha decisión.
Arabia Saudí fue elegida sin que tuviera que competir con ningún otro país, que es como suelen hacerse estas cosas en el marco de una organización que privilegia los acuerdos entre bambalinas a los procesos de elección abierta. Los 54 países miembros del Consejo Económico y Social votaron al respecto, con el resultado de 47 votos a favor. Según las cuentas de Neuer, al menos cinco países de la Unión Europea prestaron su apoyo a Riad.
En todo caso, no es que los saudíes vayan a desentonar en exceso en un organismo dedicado, según sus patrocinadores, a la promoción de la igualdad de la mujer pero en el que figuran otros regímenes ilustres como los de Pakistán, Libia –un Estado fallido controlado en buena medida por los islamistas más radicales– o la República Islámica de Irán. ¿Hay que explicar algo más?