Irak. El nuevo Vietnam. La ciénaga en la que iban a acabar fatalmente empantanados la principal superpotencia mundial y sus aliados, desestabilizando políticamente para siempre una zona tan sensible del planeta, desmiente los oscuros vaticinios de la intelectualidad orgánica occidental y continúa su camino hacia la instauración de un régimen de libertades, tras 24 años de sufrir una de las tiranías más siniestras del planeta.
Los medios de comunicación occidentales, no hay más que hojear la prensa o ver los noticiarios televisivos, continúan ajenos a los esfuerzos de un pueblo empeñado en comenzar una era de paz, libertad y progreso, y siguen ocupándose de Irak únicamente cuando ocurre alguna masacre terrorista. Sin embargo, en internet hay sitios donde se constata que bajo esa imagen prefabricada de un infierno de resistentes a la invasión extranjera, hay un país que comienza a funcionar.
«Después de un mes de soberanía, Irak sigue generando un flujo de malas noticias, al menos en cuanto a los principales medios se refiere. Trabajadores extranjeros continúan siendo secuestrados y eventualmente ejecutados, las bombas terroristas continúan explotando a través de Bagdad y otras ciudades, aunque las víctimas son ahora mayoritariamente civiles iraquíes. Mientras tanto, en el otro extremo del mundo, comisiones de investigación muestran sus informes, proporcionando a los medios oportunidades frescas para hablar sobre fallos de inteligencia y meteduras de pata estratégicas.
Y todavía, por cada extranjero cogido como rehén hay historias de cientos de iraquíes que disfrutan de su recién adquirida libertad de muchas maneras. Por cada ataque terrorista con todo su terror y sangre, hay incontables historias de coraje, determinación y recursos ingeniosos por parte del pueblo iraquí. Y por cada fallo de inteligencia de las agencias de gobierno, hay ahora un error de inteligencia de los medios de comunicación. Es por lo que probablemente ustedes se hayan perdido algunas de las historias siguientes:
Deambulando por un sucio pasillo de la Corte de Justicia, Shaka Khudaya espera para saber si será uno de los 1.000 iraquíes elegidos para tomar parte en un ensayo democrático sin precedentes a finales de este mes. Pequeños equipos de selección recorren las 18 provincias de Irak y se sumergen en montañas de nominaciones manuscritas de gente que quiere participar en una conferencia nacional, que elegirá una especie de parlamento interino iraquí. La conferencia de Bagdad llevará juntos a 1.000 personas semielectas de entre toda la rica mezcla de etnias y religiones para elegir a los 100 miembros del Consejo Nacional interino, que ejercerá sus funciones hasta las elecciones del próximo mes de enero.
La bolsa iraquí ha empezado a funcionar con regularidad, un consorcio privado de empresas iraquíes y kuwaitíes ha empezado a dar servicio a los casi 50.000 usuarios de telefonía móvil del país, la ayuda internacional llega a los sitios donde es necesaria y los integrantes de la selección nacional de fútbol iraquí ya no temen las sesiones de tortura del vástago psicópata del déspota, Uday, cuando pierden un partido —último resultado Irak 3, Turkmenistán 2—. Esta son algunas noticias que no veremos en los medios occidentales, pero que demuestran que la intervención militar era necesaria.