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Miguel del Pino

No son juguetes

La compra compulsiva de un animal es el primer paso en el camino que conduce al drama de un animal abandonado.

La proximidad de las fiestas navideñas nos pone sobre aviso acerca del aumento de venta de animales domésticos destinados a convertirse en regalo. Unos presentes que se destinan, en ocasiones a niños carentes de experiencia en su mantenimiento y aún no suficientemente responsables. No son juguetes, y este año también WWF, antes Adena, nos lo recuerda a través de una campaña que trata de llamar la atención sobre la venta de mascotas, no siempre adecuadas, a través del canal Internet.

No a la compra compulsiva

La adquisición de un animal de compañía no debe ser nunca una decisión precipitada y sin el previo consenso de todos los miembros de la familia con la que vaya a convivir. La compra compulsiva, generalmente producto de un encuentro repentino con los encantos de un cachorro, es el primer paso en el camino que conduce al drama de un animal abandonado.

La normativa que prohíbe la exhibición de animales en los escaparates de las tiendas especializadas ha sido una medida eficaz y llena de lógica, y hay que agradecer a la mayor parte de los comerciantes el escrúpulo con que la cumplen. Ellos son los primeros perjudicados si tras el impacto inicial de la venta se suceden las reclamaciones o los intentos de devolución del animal. Los beneficios comerciales son mucho más sanos cuando se consiguen, no por la venta de una mascota, sino por la de sus productos de manutención y mantenimiento, así como por los servicios complementarios integrados en el negocio.

Si un solo miembro de la familia no está de acuerdo con la llegada a casa del animal en cuestión, seguramente la historia terminará de manera desagradable. Tampoco hay que dejar que sean los niños quienes tomen el mando en la decisión creyendo que van a tener un nuevo juguete. Es necesario que sean conscientes de la responsabilidad que adquieren, que sepan las necesidades del animal y que deben hacerse cargo al menos de una pequeña parte de sus cuidados; también deben ser informados de la duración de su vida, con el fin de que en el futuro estén preparados para asumir la pérdida de su amigo.

Reflexión y consejo

Antes de adoptar o comprar un animal es necesario adquirir un mínimo de conocimientos sobre sus cuidados y necesidades. No basta con leer cualquier folleto o buscar información en la red. Es muy interesante contrastar la opinión de personas que tengan animales de compañía similares, y hasta tomar contacto con dichas mascotas para comprobar que ningún miembro de la familia experimenta alergia a su contacto o en su convivencia. Puede pensarse que estamos exagerando, pero realmente estamos tomando garantías de que un error en nuestra elección no terminará incrementando la triste relación de los animales abandonados.

No sería excesivo visitar la consulta de un veterinario especializado en animales de compañía para que nos aconseje sobre la idoneidad de nuestro proyecto; a veces nos quitará la idea primitiva para orientarnos hacia otro tipo de animales más adecuados a nuestras circunstancias. Se dan casos de que quien quería un dogo alemán sale de la consulta reorientado hacia un periquito o un acuario, o viceversa.

¿Disponemos de tiempo suficiente?

La mayor parte de los aspirantes a propietario de un animal doméstico suele dar mucha importancia al espacio de que dispone: una terraza, un jardín, un patio, un piso de grandes dimensiones… todo ello es muy importante, pero no lo es menos calcular el tiempo de que dispondremos para atender al animal. Si es un perro hay que jugar con él, sacarlo tres veces al día a pasear y compartir largos ratos de grata compañía. En este sentido los médicos suelen recordarnos que al sacar a nuestro perro al parque o al dar juntos un largo paseo, el beneficio es mutuo, especialmente para la forma física y el corazón del amo, que se ve obligado a abandonar el grato sedentarismo del sillón y las zapatillas cuando el implorante perro le lanza con la mirada y el ladrido la indirecta de que ha llegado la hora de salir a la calle.

Otras mascotas requieren mucho menos tiempo y/o espacio. Al final hasta una pecera puede aportar el toque vivo que muchas veces queremos introducir en nuestro hogar, generalmente rodeado en la ciudad por el cemento y el asfalto.

Si superamos las pruebas…

Hasta aquí estamos actuando como "abogados del diablo", pero en muchos casos la familia supera los tests que estamos tratando de resumir y se muestra apta para convivir con animales de compañía: en este caso no cabe duda de que la esperan múltiples satisfacciones y de que un animal puede alegrar la vida y hacer superar problemas y carencias afectivas. Tampoco hay que desdeñar el carácter de "educador ambiental" que puede ejercer un animal, si es el adecuado, para la formación integral de un niño. No tratamos de obstaculizar la adopción de una mascota, sino de orientar a los principiantes para evitarles dolorosos problemas.

¿Compra o adopción?

Las protectoras españolas suelen tener sus instalaciones abarrotadas, de manera que cuando adoptamos un animal no sólo salvamos su vida, sino que también abrimos un hueco para que la entidad dé cobijo a otro necesitado de protección. Una práctica ventaja de adoptar es la orientación y cuidados previos que recibiremos por parte de la protectora, entre los que suelen incluirse las primeras vacunas y desparasitaciones. La mayor parte de estas asociaciones suelen entregar los animales esterilizados. Valore esta cuestión e infórmese sobre el particular.

La necesidad de fomentar las adopciones no debe hacernos caer en el ataque sistemático a los criadores de animales de raza. Criaderos legales existen en todos los países civilizados, y merecen respeto siempre que cumplan las leyes y nos ofrezcan factura y suficiente garantía al requerir sus servicios. Si el animal está sometido a registro genealógico debemos solicitar el pedigrí en el mismo momento de la compra.

Será el origen de una buena amistad

Como en la legendaria película Casablanca, estaremos iniciando una fiel amistad que debe durar toda la vida y será muy grata siempre que hayamos seguido las elementales normas que tratamos de recordar y ¡atención!, nada de mascotas insólitas. WWF nos recuerda que aún pueden verse en Internet anuncios sobre crías de mapache o cotorras argentinas. Volvamos al inicio: ¡no son juguetes!

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