España vuelve a crear empleo. Aunque esta afirmación podría parecer una obviedad, porque el verano reaviva la contratación, no siempre ha sido así. Sólo hay que mirar al pasado más reciente. Desde que empezó la crisis, allá por 2007, España había dejado de ser ella misma en materia económica. De hecho, una de las señales más alarmantes era que ni siquiera en verano podía reducir las listas del paro. Y eso ha cambiado este año.
Es una realidad irrefutable. Como también es una realidad que hoy España está cerca de salir de esa larga doble recesión que hemos padecido, puesto que en el segundo trimestre de 2013 el crecimiento del Producto Interior Bruto está cerca de cambiar el signo negativo por el positivo.
Además, nuestra balanza comercial está en equilibrio, se baten récords de turistas extranjeros, la inflación está controlada, la competitividad se recupera y las inversiones extranjeras vuelven a nuestro país.
La enumeración de primeras señales positivas en economía empieza a ser larga. Pero no por eso el Gobierno se va a detener. Su plan reformista sigue en marcha porque todavía queda camino para lograr el objetivo primordial: coger velocidad de crucero económicamente para reducir la tasa de desempleo.
Hoy, España toma decisiones en libertad y por el interés de todos los españoles. Puede afrontar una reforma de las administraciones públicas porque ha estabilizado el gasto sin sentido de la etapa anterior; puede rediseñar el marco municipal porque ha sentado las bases de la estabilidad presupuestaria a todos los niveles y ha puesto a cero el marcador de la deuda con proveedores.
Hoy, España puede y ha adquirido el compromiso con la sociedad de mejorar el sistema educativo porque, por responsabilidad, no se puede seguir permitiendo el fracaso de nuestros jóvenes. El Gobierno del PP es responsable con la juventud de hoy porque serán el mañana de nuestro país.
Y la lista del trabajo hecho sigue. Desde este primer semestre de 2013, España ya tiene un mercado único dentro de sus fronteras, como el que disfruta el resto de los países de Europa. Y también ha impulsado medidas destinadas a los jóvenes y los emprendedores porque ésas son las señas de identidad de nuestro país. Unas señas que se perdieron en la crisis y que el Gobierno del PP ha ido reconstruyendo a cada minuto con esfuerzo y con medidas, con trabajo y con reformas. Con responsabilidad de país.
Hoy nadie habla de rescates tal y como se exigía de forma casi unánime hace exactamente un año, cuando aquel 23 de julio de 2012 la bolsa tocó suelo en una década y la prima de riesgo batió récords impensables rozando los 640 puntos.
Hoy, España es un país fiable en el marco europeo. Un país que aporta y que trabaja por la integración comunitaria, que da ideas y que se ha convertido en un socio de confianza en la construcción común.
Hoy, España no es un país sospechoso por culpa de sus autonomías, aunque hace tan sólo un año muchos hacían quinielas con qué comunidad sería rescatada. Algo que no ha llegado a pasar. Las comunidades, como cualquier gobierno y como cualquier ciudadano, dimos una lección. Incluso en el escenario más adverso, como fue el que afronté en Castilla La-Mancha, con un desvío de partida de más del 7%. Todas, y todos los españoles con ellas, demostraron su compromiso con España.
Hoy, España es un país comprometido con su futuro. Y el Gobierno está comprometido en el día a día y sólo en favor del interés de España como nación y de todos los españoles.
María Dolores Cospedal, secretaria general del PP y presidenta de Castilla La Mancha