Menudo problema tiene el PSOE con el PP: les han copiado. Funcionan como ellos y eso les ha dejado sin espacio. Esta semana, sin ir más lejos, se ha sabido que el PP va a apoyar los presupuestos de CiU, y que lo va a hacer olvidándose de aquellas promesas tan campanudas de que no iban a pactar con nadie que multara por rotular en castellano o que no cumpliera las sentencias del Supremo sobre educación. Pero como la red lo aguanta todo, los hagiógrafos de los y las líderes populares pueden justificar la cuestión por varios motivos. Por ejemplo, por dejar de lado el enfrentamiento con Cataluña y la radicalidad de otras épocas, intentando cerrar heridas como la del recurso del Estatut. O con el comodín habitual de que sin un entendimiento con el nacionalismo no se va a ningún sitio ni en Cataluña ni en España. Así, apoyando los presupuestos, el PP entra en la normalidad política en Cataluña, da un portazo a la ofensa y al anticatalanismo y busca una alternativa a Zapatero, alcanzando acuerdos con el centro derecha catalán. Vamos, los topicazos de siempre que llevaron a Aznar a fichar a Piqué. En cambio, una visión más práctica y menos enajenada nos podría hacer pensar que el PP está apoyando la política de austeridad y de recortes de Mas y, de hecho, Rajoy así lo ha manifestado, ya que es lo que hay que hacer en estos momentos de dificultad.
El problema viene cuando desde fuera nos advierten de que los presupuestos que presenta Mas son un auténtico desafío al Estado y, por extensión, a las recetas o al apremio de la Unión Europea. Los presupuestos de la Generalitat que apoya Rajoy son la muestra de que algunas comunidades autónomas funcionan, más o menos, como los acampados de Sol.
En definitiva, tenemos a un PP que, por mucho que rete al Gobierno con lo del calzón quitado o lo de la braga de cuello alto, no hace más que apoyar una política contraindicada en lo económico y habitualmente anticonstitucional en lo político. Y eso podría ser un problema si tu adversario decide dejarte con las contradicciones al aire. Pero no es así. A Rajoy sólo le vamos a criticar en esta casa. Y es que al PSOE le deja sin oxígeno que el PP se arrime a CiU pretendiendo quizás canalizar el voto útil para las generales, como hizo Zapatero en 2008. Hablando de arrimarse, ya no pueden criticarles ni por lo de no arrimar el hombro, que sería lo normal. Al fin y al cabo, el Gobierno –aunque no haga nada– está siendo apretado desde Europa, y el que le va a sustituir se pone a remar en sentido contrario en una de las comunidades más importantes. Digo que sería lo normal, si no fuera porque Rubalcaba si pudiera se arrimaría el doble que el PP y les daría el triple. Lo dicho, lo tienen crudo.