Se quejaba el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, de las palabras de la férrea opositora, Soraya Sáenz de Santamaría, por acusar al Gobierno de complicidad con Joan Tardá y Esquerra Republicana de Catalunya en el grito de "muerte al Borbón", pronunciado por éste durante el fin de semana pasado. La aguerrida Soraya imputaba a los diputados socialistas no haber condenado sus palabras y su silencio cómplice.
La complicidad pone de manifiesto un acto anterior o simultáneo al principal sin el cual éste se habría llevado a cabo de igual forma. Por eso el cómplice recibe un menor reproche moral o penal que el autor. Es decir, el ser cómplice de un delito conlleva menos pena que la recibida por su autor.
Para eludir la supuesta complicidad, José Antonio Alonso, ha pedido una rectificación a Tardá, quien debe de estar temblando ante semejante firmeza dialéctica, que no fáctica. Tardá, como Alonso, sabe que el Ejecutivo no moverá un dedo contra Esquerra Republicana mientras sus votos sean decisivos para mantener a Montilla en el poder. El PSOE accedió al Gobierno por Cataluña y por ahí puede estar su pérdida. Ergo, esto no es complicidad, sino cooperación necesaria.
La cooperación necesaria implica un acto simultáneo o previo al principal sin cuyo concurso éste no habría podido realizarse. Por eso, la cooperación necesaria tiene idéntico reproche penal y moral a la autoría. De tal forma, que si el PSOE quisiera, podría colocar a los diputados de la Esquerra en los bancos de la oposición en lugar de tenerlos integrados en el Gobierno nacionalista y socialista de Cataluña. Sin embargo, optan por rasgarse las vestiduras al grito de "blasfemia" y por hacer el hipócrita apuntando que ellos nunca han respaldado los excesos verbales.
En todo caso ruboriza, por vergüenza ajena, ver cómo el portavoz del PSOE condena el uso de exabruptos durante la misma semana en que su correligionario Pedro Castro, socialista y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, ha llamado "tontos de los cojones" a los votantes de la derecha.
La cooperación necesaria del PSOE, siendo grave en el tema de Tardá, lo es mucho más en el de ANV. La responsabilidad moral de cada uno de sus diputados es la de un cooperador necesario. Cuando sus diputados se niegan a instar la disolución de los Ayuntamientos gobernados por ANV, se están convirtiendo en un factor determinante en la financiación del entorno de la ETA. Con la elusión de su deber, están permitiendo la continuidad de la siembra de la semilla del odio y la violencia en las Vascongadas.
No somos tan ilusos como para inferir el fin del terrorismo de la suspensión de los ayuntamientos de ANV; aunque su no disolución coadyuva decisivamente al mantenimiento del terror y al fomento de la cobardía. Una cooperación necesaria que contribuye al avance de la enfermedad que está acabando con lo poco que queda de gallardía entre Dos Hermanas y el Atlántico.