Buceando en los digitales para encontrar algún tema sobre el que escribir este artículo, me estaba dando por vencido, ya que todo giraba en torno al supuesto debate celebrado entre Rajoy y Rubalcaba. Viéndolo anoche pensaba qué hubiera sido del PSOE si el candidato hubiera sido el aún ministro de fomento. Me acordé cuando ante cualquier caso de corrupción, sobre el que era preguntado, siempre sacaba un "cans" de la manga. Porque de esta guisa, "cans", es como pronuncia el todavía don José Blanco, pronto, de nuevo, Pepiño, el nombre del dimitido presidente de la Comunidad Valenciana. Le recuerdo, tras las primeras filtraciones del caso Gürtel en el diario oficial, pidiendo la dimisión de Camps por haber sido obsequiado con tres trajes de dudoso gusto. Claro que don José Blanco, como buen sociata, está convencido de que las leyes se hacen para que los progres campen sobre ellas a su gusto, quedando reservado el rigor en su aplicación para los retrógrados de la derecha extrema, como al todavía ministro gusta señalar.
Lo bien cierto es que, a medida que vamos conociendo datos, tengo la impresión de que a Blanco lo han pillado con el carrito del helado. Y como suele pasar con los socialistas, que se creen con derecho de pernada sobre casi todo el mundo, ha montado un lío a lo grande. Lo publicado deja entrever un afán desmedido de poner la mano a todo lo ancho del mapa de España con tarifa de lujo. Las conexiones van desde Coruña al Prat de Llobregat pasando y parando a repostar y, de paso, reponer la caja, con parada y fonda vitamínica en Andorra. Sabíamos lo del ático en villa PSOE en Villa García de Arosa, pero ignorábamos que el interés de don José en los proyectos para crear empleo llevara implícita una tarifa de muchos millones de pesetas. Claro que no es cualquier cosa tener como facilitador al titular del ministerio del gasto y, lo que es mejor, a quien ha sido mandamás en el partido, pues eso sí facilita todos los contactos. Son muchos los que están siendo aludidos como supuestos recipiendarios de las gestiones de don José, así Aena, el Ministerio de Sanidad o el Ayuntamiento del Prat.
El pasado julio, le preguntaba Blanco a Rajoy que si sabía que "cans" era culpable y le invitó a que se declarase como tal, por qué permitió que fuese candidato en las elecciones. Yo me planteo cuánta hipocresía hay que ser capaz de desarrollar para cuando te han pillado con las manos en la manguera de enchufar, negar la mayor. Aunque para los sociatas siempre habrá dos varas de medir, por eso Blanco no se quiere aplicar la medicina que, no sabemos si desde Andorra, le recetaba a "cans".